Capítulo treinta y cinco

miércoles, 30 de julio de 2008

- Sabía que lo harías bien Lover, traes un hervidero por todos lados, andan diciendo que tienes huevos de hierro.

- Supongo que mi deuda contigo ya casi está pagada.

Le dio una fumada a su puro para contener el coraje de que le haya contestado de esa manera tan fría.

- No mi Lover, con eso apenas me pagaste el 20% de lo que me debes. Todavía tenemos mucho trabajo y todavía tienes mucho que pagar.

- Sería mejor que me hagas la cuenta bien Adrián, para saber cuándo voy a terminar de paga, cuentas claras amistades largas.

Otra calada más a su puro y se reclinó sobre su escritorio improvisado. Tomó su pluma y en una servilleta hizo la cuenta. Le dio una última mirada y me la acercó con la mano.

- Eso es lo que me debes Lover, ahí está el descuento por el jale del otro día.

- Se me hace que me estás cargando la mano Adrián.

- No Lover, cuentas claras.

- ¿Tienes más jale? Me gusta pagar mis deudas pronto.

- Que no se te suba tanto Lover, apenas te echaste a un pichón y ya te sientes muy gallo. No pierdas el suelo.

- Para nada mi Adrián, es sólo que no me gusta deberle a nadie.

- Yo lo sabía mi Lover, dentro de ti hay un gran cabrón, pero a tu edad mi cuenta era de 7 difuntitos. Tienes mucho que aprender y con la práctica se mejora la técnica. No se te olvide. Trabaja conmigo y vamos a explotar tus habilidades.

Aquella frase tenía dos sentidos: en uno me estaba felicitando por mi trabajo y hacía evidente su deseo de trabajar a mi lado, me reconocía. Pero por otro me estaba advirtiendo que él tenía más colmillo que yo y que no me sería tan fácil. Por último en su invitación a trabajar con él me advertía que de lo contrario me aplastaría. No te preocupes Adrián, en mis planes no está llenarme de enemigos de tu calibre, sería cazado muy rápido.

Capítulo 34

viernes, 25 de julio de 2008

Esa noche no pude dormir. No quise dormir. Cada que cerraba los ojos se me venía esa imagen: él me voltea a ver a los ojos con una sonrisa que se apaga drásticamente mientras el impacto de la bala calibre 45 revienta en su pecho. Por un instante sabe que moría y no alcanza a preguntarme ¿por qué?, yo les respondo la pregunta que no hace con la segunda bala pero entonces es ya solo un pedazo de carne que va cayendo en cámara lenta. Todos me voltean a ver, decenas de pares de ojos se inyectan de sangre y sus rostros de terror. El rugido del cañón los paraliza a todos, pero mis oídos se vuelven sordos para no interrumpir al cerebro. Primero mis piernas son muy pesadas, me cuesta levantar la primera para echarme a correr, el segundo paso es más sencillo y para el tercero soy tan ligero como el viento. Pero la escena se repite de nuevo desde el principio.

Por eso ya no quiero dormir.

Al otro día, bajo la luz de la mañana me quité la ropa. Necesitaba un baño para poder despertar. Deseaba que al salir de la regadera estuviera allí mamá Juanita, esperándome para desayunar unos huevos a la mexicana que tan ricos preparaba. Que todo desde hace semanas hubiera sido un sueño. Pero cuando salí de la regadera sólo vi basura sobre la mesa. Me acerqué hasta la cama aún sin secarme y me tiré en la cama perdido mientras observaba el pantalón que me había quitado apenas por la mañana. Luego miré esos pequeños puntos. Levanté el pantalón y lo observé de cerca. Eran gotas de sangre. Me dieron ganas de vomitar y lancé el pantalón hasta la esquina.

Si seguía con ese tormento ninguna muerte habría valido la pena. Si moría de sobredosis, si me suicidaba, si me asesinaban o si moría de tristeza entonces me habría condenado por nada. No podía seguir así. Era hora de salir del capullo. Adrián quería un Lover, el Barrio 14 necesitaba a Lover. Pero ¿estaban preparados para eso? Nadie podría robarme mi gloria, nadie podría decir que ellos crearon a Lover. Con apenas 15 años encima tenía todo el futuro por delante.

Y totalmente solo, con las gotas de agua aun evaporándose de mi cuerpo lo decidí: no habría nadie que me detuviera, no habría jamás nadie por quién detenerme, y todo el Barrio 14 con orgullo diría: sí, Lover salió de este lugar y voy a contarte su historia.

No se fracasa si existe un comienzo.

Capítulo treinta y tres

lunes, 14 de julio de 2008

Por supuesto que las habladurías de Adrián no me había convencido de nada. No lo haría por ganar prestigio, nunca lo hubiera hecho por eso.

Lo hice porque Adrián tenía mi palabra. Si había algo que valía de mí en este mundo era mi palabra y desde antes ya me había forjado la idea de que mis promesas se cumplirían a toda costa, sin importar las consecuencias. Era precisamente aquello lo que hacía que pensara muy bien las cosas, que midiera mejor las consecuencias.

Siempre he creído que jurar es para cobardes que no tienen el coraje para cumplir su palabra. Jurar es como amarrarse una piedra a los pies y decir: si no puedo volar, entonces me lanzo al río para morir. El que tiene el suficiente coraje no necesita de la piedra y si no logra volar se lanza al río y no intenta nadar, se deja hundir por propio peso hasta el fondo. La piedra te hunde con su peso y la cuerda te impide llegar a la superficie aunque nades ¿entonces dónde esta el valor? En cambio una promesa requiere todo de ti.

Prometí pagar y lo haría.

Saqué el revolver .45 Era el arma más segura que tenía. No se encasquillaba y sería casi imposible que sobreviviera a un boquete del tamaño que deja. Cacha de marfil, cañón de acero cromado. Me quedé sentando en mi cama admirando aquella pistola que en unas horas cortaría las últimas cadenas que me mantenían aferrado al cielo y que trozadas me daban el pase al infierno.

Pitus se ofreció en secreto a hacer el trabajo por mí, a manera de justificación dijo que estaba yo muy pendejo para ese trabajo. No quería que me condenara. Le di las gracias y le dije que eran cosas que yo tenía que hacer. Me dijo que no era necesario, que nadie se daría cuenta. Una vez más le di las gracias y le dije que lo haría yo. Me dijo que pusiera la mano rígida como tabla para que pudiera disparar más rápido la segunda bala.

Encontrarlo fue sencillo. Alguien con un carro tan arreglado y con la música a tan alto volumen no puede pasar desapercibido. Lo difícil sería agarrarlo sólo o en su defecto tener espacio para correr y esconderme. Opté por lo segundo.

Ocho balas. Dos para el objetivo. Seis para quien se interpusiera. La calle que hacía cerrada era perfecta. Mejor aún porque las cuadras eran pequeñas así que podría dar vuelta por muchas para perderlos. Tenía que dejarlos atrás por 5 cuadras para luego llegar a San Alfonso que era tierra de nadie. De ahí tomar taxi en la avenida y bajarme en Cabañas 13. De Cabañas 13 contactarme con el Loncho que me llevaría al Barrio 14 por las calles que parecían laberinto.

Bang. Bang. La mano esta vez no se fue para atrás, como había dicho Pitus y fue más rápido disparar la segunda bala. Aunque con la primera había sido suficiente. Gritos de las mujeres, maricones escondiéndose y hombres buscando sus pistolas. Corre hacia la esquina mas cercana, da vuelta ahí y ve paso rápido cubriéndote con los carros, manten esa velocidad y no voltees. Se escuchan los balazos detrás, el corazón comienza a latir tan rápido que sientes que se te va a salir del pecho o que va a explotar, es hora de saber si tienes nervios de acero. Deprisa, vuelve a dar vuelta. Ahora la imagen de la victima en tu cabeza una y otra vez, así es como te miraba mientras jalabas el gatillo, es extraño ¿no?. Corre, no voltees o te atrapan. La sirena que escuchas es de un accidente en la avenida, no vienen por ti, la paranoia te puede cegar. Cuidado, se escucha un carro detrás de ti, ¿ves esa casa? será mejor que brinques esa barda o te dejarán como coladera. Bien, sigues siendo ágil como cuando subías árboles. Por la azotea ahora, cuidado con el perro, gruñe demasiado. Bang, era necesario, el perro te demoraría. No pares, no pienses, no calcules. Corre y sólo corre. Te están viendo los de la tienda de abarrotes, pero tú no voltees a verlos, sigue el plan. El carro acaba de cruzar la calle que está detrás de ti, si te vieron estarán pisándote los talones en menos de un minuto, pero si le dieron la vuelta a la cuadra te estarán esperando en la siguiente calle. Entonces ¿Atrás o adelante? Juégatela y sigue derecho, aún tienes cinco balas, no pongas tu dedo en el gatillo o por los nervios podrías jalarlo accidentalmente y desperdiciar balas o dispararte tu mismo. Allá está San Alfonso, la avenida principal siempre está llena de gente, por el otro lado los carros que te buscan. Guarda la pistola, ya es hora de que cambies de playera, sí, lanza la que traes encima en ese baldío. Desabrocha la gorra de tu cinturón y póntela, detén ese taxi. Tira tu cartera en el piso del vehículo, de esa manera irás agachado y el taxista no sospechará mucho que te estás escondiendo. Ya es suficiente, llevas cinco minutos buscando tu cartera y el taxista se va a parar para ayudarte a buscarla. Dile que ya la encontraste. Ya casi están en Cabañas 13. Ya, lo lograste. Nadie de otro barrio se atrevería a meterse a Cabañas 13 a esa hora.

Por fin Loncho. Te llevó por las calles y llegaste a la entrada de la vecindad.

Bienvenido, el Barrio 14 te esperó todos estos años.

Capítulo 32

miércoles, 9 de julio de 2008

De regreso

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La enterramos un jueves, en la misma cripta que a mis padres. Por fin ahí descansaban los tres. Sólo faltaba yo para completar una bonita familia. Pero no pensaba acompañarlos pronto. Que Dios se apiade de sus almas… que el Barrio 14, se apiade de la mía.

Ya no lloré en el funeral porque me había secado. Además por una parte sentía un alivio extraño. Mamá Juanita ya no sufría más, por fin pudo descansar del cáncer… de mí. Se partió la espalda por cuidarme, sus manos se llenaron de callos para que yo tuviera que comer y que vestir. Era justo que tuviera un descanso… yo no podía ser tan egoísta.

Sin embargo la tristeza me invadió, la marihuana, el crack, la coca, el valium fueron mis mejores amigos durante unas semanas que no pude ni contarlas. Si no morí de sobredosis fue un milagro. Luego un día, mientras preparaba el churro del día tocaron fuerte a mi puerta.

- ¡No estoy carajo!
- ¡Lover!… ¡Lover! Wey… te hablan.
- ¡A la chingada! No estoy para nadie
- El Adrián te manda hablar, dice que ya vayas de volada.
- Dile que estoy hasta el culo…
- Dijo que le valía madre que estuvieras hasta el culo, dijo que si era necesario que te lleváramos a huevo Lover… pero mejor ve tú sólo loco, no queremos pedos en el barrio.
- Sáquenme si pueden cabrones, no voy a ningún lado.
- Ya te dije Lover, no queremos bronca contigo… pero el Adrián le urge verte.
- Ya pues, ya pues… ahorita le caigo al 1
- Sale pues, no te tardes loco… que si no va a venir él mismo.

Me puse una playera sucia y me fui para el 1.

-¡Lover!¡Qué milagro cabrón! Yo pensé que ya te habías quedado en el avión… y eso no es bueno chico, no es bueno.
- Qué pasa Adrián… que me buscabas urgentemente me dijeron los chavos.
- Estos cabrones que mandé no tienen tacto… pero vas a ver, les voy a rebajar la propina… clarito les dije que no importunaran al Lover si estaba ocupado… ya ves como son estos nuevos. Pero sí Lover, te mandé a hablar porque necesito hablar contigo.
- Ps aquí me tienes Adrián, tú dirás.
- Antes que nada déjame te digo que siento mucho lo de mamá Juanita, no te había podido ver más que en el funeral … y ya sabes, ahí no puede uno apoyar bien, hay mucha gente.
- Se te agradece Adrián… de corazón.
- No no no mi Lover, no hay que agradecer, para eso estamos. Y bueno, pues el bisne va más o menos por dónde mismo. Como te decía, yo se que te sientes mal por la gran pérdida, y se te entiende, se te estima… nomás que…

Me volteó a ver de manera pícara y sin dejar disimular esa leve sonrisa.

- Nomás que… pues ya es tiempo de trabajar mi Lover. Ya pasaste tu duelo y el bisne sigue.
- Yo lo sé Adrián, pero ya ves, no quería salir trabajar así… uno puede cometer muchos errores…
- Sí si si, como te digo, te comprendo te comprendo. Pero el bisne no para y además pues… ando corto de feria Lover, tú sabes que los tratamientos de mamá Juanita salían caros. Lamentablemente pues no se pudo lograr… una tragedia.
- No te preocupes Adrián, yo te dije que te iba a pagar hasta el último peso y lo voy a hacer.
- Yo confío en ti Lover, yo sé que eres de confianza y me pagarás hasta el último peso… pero con tu jale actual vas a tardar mucho en liquidarme y como te digo… estoy urgido de una feria porque se viene un bisne bueno. Escorpión a mitad de precio. Se la tumbaron a unos narcos en una balacera donde murieron 3. A este contacto le urge sacarla a vender para no meterse en pedos y la esta dando a mitad de precio.
- No hay bronca Adrián, a ver como le hago pero dame unos meses, puedo hacer más entregas, algunas piezas de carros, un par de motos. Pero de que sale sale.
- Si te entiendo… pero te repito… necesito el dinero como de rayo, no en unos meses. Además por ahí supe que andan vendiendo mi coca rebajada con diazepan… y tú sabes Lover… con ese tipo de ratas uno no puede competir.

¡En la madre! Adrián se había enterado de que yo estaba rebajando la coca con diazepan. Obviamente con “ese tipo de ratas” se estaba refiriendo a mi. Adrián no me iba a dejar ir tan fácil ni tampoco lo iba a pasar por alto. Yo me hice como que no sabía y que incluso estaba de acuerdo con él.

- Si, te entiendo, esta cabrón así… pero ¿qué sugieres entonces?.
- Me gusta tu disposición Lover. Pues mira el bisne está así: en Jarpis hay un cabrón que acaba de llegar del gabacho, ya sabes, del norte. Anda moviendo mucho las aguas por Jarpis y Jardines. Están vendiendo perico en el territorio del Barrio 14 y están rayando las paredes con esas porquerías de graffiti. Paredes obviamente que están dentro del 14. Con ese tipo de gente no se puede razonar. Se creen muy cabrones porque vienen de los Estados Unidos y creen que pueden venir a hacer sus pendejadas acá. Hay que pararlo en seco.
- Claro, estoy de acuerdo. Ahorita mismo me junto a un par de camaradas. Tubos, botellas y nuestros puños. Te prometo que estará una semana en el hospital. Después de eso no va a querer ni pararse.
- No Lover, creo que no entiendes “el problema”. Esa gente no “razona”, ni con los puños ni con los tubos. Son mala hierba que mientras quede la raíz vuelve a salir. Hay que borrarlo del mapa. ¿Tienes cuete en tu cantón o quieres que te de uno?

Yo no le entraba a esa parte del bisne, y Adrián lo sabía. Era un hijo de puta. Yo no sabía ni que hacer. Y por si fuera poco me iba a meter a Jardines que poco a poco estaba creciendo y ganando poder. Adrián era un cabrón, si yo lograba mi objetivo él ganaría mucho prestigio, pero si al que mataban era a mi, el también ganaba, podría ponerme de ejemplo como traidor por rebajar su coca y no pagarle su dinero, y mi cadáver no le costaría un solo centavo.

- Aguanta Adrián, ya sabes que yo no le entro a esa parte del bisne.
- Yo lo sé Lover, pero debes de entender mi necesidad. Podría pagarle al Juan para que haga el jale, pero si le pago al Juan ya no tendré para el bisne de la escorpión. Y pues… yo pensé que porque te había ayudado en tus problemas tu podrías ayudarme en los míos… no quiero parecer grosero o un hijo de la chingada… pero ahora si que lo de doña Juanita no quedó por nuestra parte… hicimos todo lo posible y… bueno… ya conocemos la tragedia… pero ahora… pues ahora necesitamos ese dinerito Lover, para apuntalar bien al Barrio 14. ¿O a caso me estas diciendo que no valió la pena ese dinero para doña Juanita?
- No Adrián pero…
- No me traiciones así Lover, ¿luego para qué están los amigos? Yo te ayudé cuando pude y ahora pues…y además acuérdate de los intereses..
- ¿Cuáles intereses? Nunca me dijiste que…
- No no no no, no te confundas Lover, tu sabes, ya subió el dólar y el dinero no vale lo mismo… que no hayamos hablado de los intereses no significa que no lo estaba considerando, tu sabes que así es el bisne, no es nada personal.
- ¿Al 13%?
- Jajajaja ahora sí me hiciste reir, ¿al 13%? Pues ni que estuviéramos vendiendo cocos mi Lover, tu sabes que en este bisne es del 30%... mínimo.
- Pero Adrián asi nunca…
- Por eso te ofrezco un negocio donde vas a poder pagarme más rápido. Además… no se de qué te quejas Lover, por ahí me han dicho que eres bueno con el cuete, eso sí, que nomás lo usas para romper botellas o ventanas… pero que eres bueno con el cuete.

Luego se me acercó y comenzó a rondarme como un felino alrededor de su presa. Se me quedó muy cerca y siguió con su monólogo.

- Dicen que la pistola es una extensión de tu brazo, dicen que el gatillo es tu sexto dedo de la mano y que el cañón es tu tercer ojo. ¿Por qué te afrentas de tu destino Lover? Tú no naciste para ser un raterillo de mediopelo, ni tampoco naciste para ser repartidor. Tú naciste para algo grande… para estar sentado junto a mí. Tú y Pitus deben estar sentados a cada lado de mi silla. Los tres podremos ser los dueños del 14, de Jardines, de Cabañas 13, de San Miguel… de la Maldita. La nuestra será una tierra que dará vino y hierba. El Barrio 14 te reclama como un hijo, pero tu te alejas… ya es hora de que regreses Lover, tú eres el hijo pródigo.

Que el Barrio 14 se apiade de nuestras almas.