Capítulo 52

jueves, 30 de julio de 2009

-Lover, necesitamos llevar mercancía al Parián, ya sé que al Juan le toca esa zona, pero hoy fue a hacer un encargo especial, así que te va a tocar todo el jale.
-¿Cómo que todo el jale? ¿va a haber picada?
-No, no te emociones Lover, te voy a dejar la piedra, ráspale y júntame de volada cien líneas.
-¿Para qué hora es la merca?
-A las 8, así que apúrale.
-Ta’ bueno.
-Acuérdate, cuatro puntos es una línea, no le vayas a poner de más.

De volada saqué las herramientas y la materia prima. Piqué de y junté las 100 líneas como 15 minutos antes de las ocho. Las eché todas a la mochila, agarré la bici y le pegué duro.

-¡Qué pasó mi Chucho!
-Mi Lover, hace rato que no te veía por aquí ¿y ese milagro?
-Ya ves loco, ahora me tocó a mí.
-¿Si te trajiste las cien camisas?
-¿Luego? Soy bueno para las matemáticas machín, pos’ que creías.
-No es desconfianza Lover, pero vente, vamos a contarlas adentro.
-No hay cuete Chucho, el bisne es el bisne, vamos pues.

Mientras nosotros contábamos unos panzones estaban haciendo su escándalo en los equipales, quien sabe cuántas chelas y líneas ya traían encima.

-Esos pinches gordos ya llevan rato nomás haciéndole al pendejo, quien sabe a quien esperan.
-Han de ser nomás de esos cabrones que no tienen dinero y nomás están mareando las chelas.
-A la mera… sí, fueron 100 mi Lover, ahí le va el billete y cómo no, la propina.
-Gracias Chucho.

Cuando agarré el dinero y entregué la mochila los panzones se me quedaron viendo, al parecer me habían alcanzado a ver entre las tablitas de la puerta. De seguro eran cuicos, y no es que estuvieran cuidando más bien es que estaban buscando a quien extorsionar.

Cuando ya me iba, uno de los panzones me agarró del brazo.

-Oye chavo… no traes… - y se tocó la punta de la nariz para decir que quería polvo, coca.
-No jefe, yo no traigo de eso.
-¿Entonces de cuál traes? ¿caquita de chango?
-No jefe, ps ni que viniera del zoológico.
-No te hagas el gracioso cabrón… ya sabes que quiero decir.
-No ps no, y sabe qué, traigo prisa porque mi jefa quiere que le lleve el cambio.
-Ahhh, ya entiendo, tu pinche madre es la que trafica ¿eh?
-A mi jefa la respetas pinche gordo.
-¿Muy bravito cabrón? A ver si te vas aplacando, no estás hablando con cualquier pendejo – y en eso saca la pistola de algún lugar entre sus carnes.
-Usted es el que se siente muy bravito por que trae cuete… que si no…
-¿Qué si no qué pendejo? Ahorita mismo te parto tu madre – y dejó la pistola en la mesa. Qué pendejo, cayó en la trampa.
-Vente para la cantina, ahí nos agarramos sabroso.

Y el panzón le habló al otro y se fueron detrás de mí. Ya dentro de la cantina le cerramos la puerta. Entonces Chucho dejó de hacer lo que estaba haciendo en la barra y les dijo.

-Mire amigo…
-Yo no soy su amigo y ábrale la puerta cabrón.- dijo el gordo.
-Pues si no quiere ser mi amigo peor para usted, ahorita mismo le abro la puerta.

Para entonces todos los meseros y cantineros del Parián ya se habían juntado afuera de la cantina. Traían botellas, fileros, tubos y uno que otro cuete. Chucho abrió la puerta y los panzones nomás pelaron los ojos al ver a toda la raza.

-¿Entonces? ¿se iba a pelear con el chavo no? ¿Dónde quiere partirle la madre? ¿Aquí adentro o allá afuera?

Uno de los gordos agarró su pistola, pero no tenía caso, apenas quisiera jalar el gatillo se le iban a dejar ir una bola de madrazos.

-Aguanta carnal… guárdala mejor.
-Cómo digas… pero…

Entonces el Chucho continuó.

-¿Entonces? ¿Adentro o afuera?
-No hay pedo… ya nos vamos mejor.
-Como guste caballero… pero el chavo no se le ha rajado ¿ó qué?
-Para nada Chucho, lo arreglamos como debe ser – dije yo ya prendido y claro, con la seguridad de que me iban a quitar al panzón en cuanto me tumbara.
-Ahí nos vemos cabrones… - dijo el obeso – pero eso si te digo chavo, ya te estamos ubicando, trabajas para el Adrián y eres del 14, póngase trucha porque la fama a veces estorba.

Y se fueron el par de gordos con la cola entre las patas bajo la mirada de toda la raza del Parián.

-Que no lo asusten mi Lover, aquí ya pagamos renta. Esos cabrones nomás quieren venir a ver que roban. Órale, échate una coronita… va por mi cuenta.
-Chido Chucho, échamela pues.

4 comentarios:

Violent Act Of Beauty dijo...

Lealtad y compañerismo mi Lover, eso vale mas que un puto cuete, chingon el relato nuevamente, aqui andamos.

190294 dijo...

bien famoso el loverr !

Mafalda dijo...

No cabe duda que cuando se tiene conciencia que de alguna manera todos nos necesitamos y que el trabajo ( sea cual sea) es en equipo surge irremediablemente la lealtad y el compañerismos ( al menos en algunas ocasiones) pues sabemos que queramos o no llegará el día que necesitemos ese mismo apoyo. ...

Como decia mi abuelo??? ¬¬ ... mmm

ah! si! ... "Arrieros somos y en el camino andamos" ... cierto Lover?

Saludos!

Lover dijo...

Gracias a todos por leer, me dare una vuelta por sus paginas.