Capítulo cincuenta y siete

martes, 29 de septiembre de 2009

-Pero mira caballero, ¿por qué trae esa carita?
-¿Que pasó chula? pues ya ves que me traen en joda.
-Chico pero tú siempre eres tremenda pastilla.
-Y usted también ¿pa' qué le hacemos al cuento?
-Sólo porque me ven como algo exótico.
-Aquí no te tienes que hacer la modesta Yarita, ya estás en México... lindo y querido.
-Caballero es usted un pícaro...
-Y es usted una tremenda latina. Pero a ver, dígame pa' que soy bueno.
-Chico, esto es algo delicao, hay que chapeá bajito.
-Vámos pa' la casa.
-Te sigo.

Abrí la puerta, le invité una cerveza y no quiso, le invité un gallo y tampoco, le invité una línea y me dijo que a ella no le gustaban esas cosas de colombianos y que el día que el manco echara dedos ella lo iba a probar. Me pidió un vaso con agua natural.

-Mira chico, yo no quiero ni tiki tiki ni taka taka, pero el trato que tenemos los cuatro no se está cumpliendo.
-¿Cómo que no? ahí va lo de tus papeles ¿no?
-Ese no es el problema, el problema es tu amigo, Juan.
-(Puta madre) No le hagas caso Yara, ese cabrón ladra pero no muerde.
-Ya lo sé Lover, pero es que es un sangre pesado. Y últimamente después de que llega a la casa... - bajó la mirada repentinamente y se quedó en silencio.-
-¿Ha querido sobrepasarse contigo?
-Chico, tú sabes que es parte del trato. Nosotras no molestamos pero ellos tampoco.
-Yarita, no te preocupes yo voy a hablar con Juan, te prometo...
-Es que ya lo habían prometido Lover, pero Juan... es un bestia.
-¿Te hizo algo?
-No, porque no me dejé, le solté un simbombazo.
-Te doy mi palabra, hoy mismo arreglo eso chula.
-Gracias Lover... no sabe cuánto lo aprecio caballero.

Conocía a Juan desde niño, igual que a Pitus. Sabía que era terco, y sabía que las cosas podían salir mal. Pero era mi palabra, y eso era lo único que tenía. Fuí con Juan, y le platiqué el asunto, le dije que él había prometido no tocar a Yara, al principio me ignoró y se reía. Hasta que lo agarré del hombro y le dije:

-Juan, somos compas desde morros. No quiero tener pedos contigo. Pero necesito que me hagas ese favor.
-Mira Lover - me dijo volteando todo su cuerpo para ponerse justo de frente a mí, imponiendo su físico más alto y grande que el mío - lo que yo haga de mi vida son cosas que no te debes de meter, si yo me quiero chingar a la Yara es muy mi pedo.
-Loco, no confundas nuestra amistad con el negocio, lo tuyo con Yara es puro bisne y yo te pago puntualito, lo demás son pendejadas.
-¿Dices que hago pendejadas?
-Dije que son pendejadas...
-Por eso, hago pendejadas ¿entonces soy un pendejo?
-Juan yo no dije...
-Mira cabrón, no porque le chupes la verga al Rito significa que ya subiste de nivel en el 14, no me vas a venir a decir lo que tengo que hacer.
-Juan, respeto loco...
-Respeto ¡mis huevos! Yara es mi esposa y yo sabré lo que hago. Respeta eso Lover
-Es tu esposa por negocio no porque quiera que te la cojas...
-Que te valga madre Lover.
-No cabrón, yo di mi palabra.
-Lover, ¿qué no ves el negocio verdadero? Imagina cuántos clientes tendríamos si la "trabajamos".
-Eso no es parte del bisne Juan. - Me cagaba cuando Juan trataba de usar frases de Adrián para justificar sus estupideces.
-Es cosa de convencerla...
-Pero lo que tu quieres es obligarla.
-Cabrón... ¿crees que eres el único que puede tener viejas? Lo de "Lover" es una pendejada, no te la creas, no eres el único.
-Me vale madre porque me digan "Lover", lo que te estoy diciendo es que ella no quiere y punto.
-Tú la quieres para ti solito ¿verdad cabrón? No seas culerito, no todas son para el Lover.
-No quiero pedos Juan, no la toques, así era el trato. Estás recibiendo tu dinero a tiempo ¿no? entonces respeta el trato.
-Yo sabré lo que hago con mi esposa y punto.
-No te metas en problemas pirata.
-Sh sh sh, no me vuelvas a amenazar Lover, somos compas pero ponte trucha.
-No es amenaza Juan, es un aviso. Y el que se debe poner trucha eres tú, porque esto no es cosa de faldas, es cosa de negocio. No la toques y ya estuvo.
-Si el problema es el negocio yo te devuelvo lo que me has pagado.
-Juan, no pongas las cosas difíciles.
-No no, las cosas son fáciles.
-Mira loco, nomás te estoy pidiendo que hagas lo que habíamos quedado, evitemos pedos. - Le dije tajante y me alejé.
-¡Lover! - gritó cuando ya me iba.
-¿Qué pasó?
-Somos compas, pero a mi no me andes amenazando cabrón.
-No es amenaza, es aviso... y el que avisa no es traidor.

Capítulo 56

jueves, 17 de septiembre de 2009

Rito llegó muchos meses antes de lo que esperábamos. Eso sólo significaba que había tenído problemas.

Pero aunque hubiera llegado sin avisar, causaba la misma euforia en el barrio: "Ya llegó Rito", "Por aquí anda el Rito", "Cuádrense que ya llegó el Rito".

El Rito llegó con una mochila al hombro y una sonrisa. No parecía preocupado, aunque rara vez lo estaba. Siempre regalaba una sonrisa. Dejó sus cosas en casa de su sobrino y salió a saludar a los del barrio.

-Qué pasó patrón, bienvenido al barrio - le dije yo
-Jajaja, yo no soy el patrón, ese es el Adrián. - contestó Rito haciéndome la seña de que había metiches.
-Pa' que nos hacemos mi Rito - le contesté yo sosteniendo lo que había dicho antes - ¿Luego porqué tan pronto se vino?
-A chingao, si quieres me regreso... - dijo en broma
-Nombre como cree Rito, siempre es bueno tenerlo por acá en su barrio
-¿Y cómo va la escuela Lover?
-Ps ahí va
-¿Pero ahí va bien o ahí va mal?
-Digamos que de eso no hay que preocuparnos.
-Como no mijo, uste no es un pelado como nosotros.
-Yo soy igual que todos
-No digas pendejadas Lover, pégale a los libros, pero mientras vamos por una chela, que ya me estoy secando.
-Pa' luego es tarde.

Mandamos a un chamaco por unas caguamas y nos fuimos para mi casa. Ahí Rito me platicó la razón por la que estaba aquí.

-Sí, tuve que soltarle un billete al juez pa' poder pelarme.
-¿Pero y para que te veniste para acá?
-Ya traía muy asados a los azules, el trato fue una lana y que me dejaban salir si me iba de la ciudad. Así que voy a estar buen rato por acá mi Lover.
-¿Y cómo estuvo que te agarraron?
-Me pusieron un 4.
-¿Un 4 a tí?
-Sí, estuvo como en las películas. Los perros sabían que me encantan las mujeres. Fue una piruja que ya tenía tiempo trabajando. Rosita. La Rosa. Re buena para los jales. Me la llevé para un motel. Cotorreamos chido en el camino, pero uno que ya es perro viejo se huele las malas intenciones. La Rosita traía algo extraño ese día, yo pensé que era cosa de putas, pero de todos modos no me confié. Cuando llegamos al motel me dieron una habitación de esas que están pegadas a otra finca, pero le dije al chavo que me diera una pegada a la calle.

Ya nos fuimos directo al cuarto y la Rosita me hizo un trabajito que para que me relajara porque me veía muy tenso. Ni le avisé cuando iba a terminar y entonces se tuvo que ir a lavar la boca. Aproveché para esculcar su bolsa, pero no encontré nada raro: condoritos, pintura, dinero. Pues total que la Rosita me convenció, nos echamos un palenque sabroso, me dejó muy madreado. Luego me rascó la cabeza, me estaba quedando jetón y mejor me levanté y me metí a bañar. El motelito este tenía tina, así que la empecé a llenar. Cuando iba a la mitad escuché que Rosita estaba hablando por teléfono. Pegué oreja a la puerta para escuchar lo que decía. Ahí me rompió el corazón, me lo rompió refeo. Les dijo que se vinieran de volada, que me estaba bañando y que ella me alcanzaba a entretener. Abrí la puerta, me puse el pantalón y Rosita me volteó a ver con cara de asustada. Le dije que era una hija de la chingada. Le di una cachetada, pero de esas buenas, de las que truenan resabroso y la aventé a la cama. Después me salí por la ventana, estábamos en un segundo piso, y caí en el techo de una camioneta, con eso amortiguó tantito pero me chingué el tobillo. De por sí ya ves que estoy chueco. Me fui escondiendo y agarré un taxi. Pensé que ya la había librado pero estos puercos ya estaban cerca, sabían desde antes a que motel iba. Nos pararon como 5 cuadras adelante. Me bajaron, me pusieron una chinga y también al pobre del taxista que ni la debía ni la temía. Nos llevaron a los dos a los separos y luego al pintón. Al pobre cabrón lo acusaron de ser mi cómplice. Yo les dije a los puercos que el taxista no tenía nada que ver, pero les valió madre, ya sabes como son. El taxista se les puso bravo, y con razón, porque era inocente, pero nomás se ganó una madriza. Al tercer día me arreglé con el juez así como te dije. Si me regreso al pueblo me llevan directo a la penal y me voy a quedar guardado un buen rato. Ya me traían checado
-Pero lo bueno que ya estás acá, en el 14.
-Eso sí. Pero ¿sabes qué es lo que más me duele? La traición de la Rosita. Ya me estaba encariñando con ella y le iba a decir que se fuera a vivir a la casa para que ya no trabajara.

A Adrián no le cayó del todo bien la llegada de Rito, aunque trataba de disimular y le hizo una fiesta de bienvenida. Sabía que con Rito había que quedar bien y aunque Rito reconocía a Adrián como el jefe, todos en el barrio respetabamos a Rito.

Adrián no podría preguntarle a Rito el motivo de su presencia, porque podría interpretarse como una falta de respeto, así que llegó conmigo.

-Que bueno que ya tenemos al Rito por acá verdad mi Lover.
-Si ps sí, ya sabes que el Rito es leyenda.- le dije tratando de hacerlo encabronar.
-Eso sí, el Rito fue muy canijo en sus tiempos.
-Y todavía.
-No creas Lover, ahorita ya hay nuevos talentos. Y luego ¿porqué se vino? ¿Tuvo problemas por allá o qué?
-Ps sabe, nomás me dijo que se vino a pasar un rato por acá, que porque hay mucho movimiento en el barrio.
-Pero aquí tenemos todo controlado...
-A lo mejor Rito vio algo que no estaba bueno.
-Pitus y yo tenemos bien trabajado todo por acá... eso lo debería saber bien Rito.
-Eso sí.
-Mira Lover, no te confudas, Rito es del 14, pero tú sabes quién es el jefe. - Me dijo en tono seco, al parecer los metiches me habían escuchado cuando llegó Rito. Pero no me importaba, porque si lo había dicho era precisamente para que se lo fueran a decir al Adrián.

El rey reclama su trono.

Capítulo cincuenta y cinco

domingo, 6 de septiembre de 2009

-¿Y si nos vamos a la playa?
-Estaría bien.
-¿Este fin?
-¿En serio?
-Sí.
-¿Cómo crees? no me van a dejar.
-Inventa que vas a ir con Susana.
-De todos modos no me van a dejar.
-¡Ah ya sé! di que te vas a ir al retiro ese de los sábados.
-Pero ya hace mucho que no voy.
-Ps mejor, así dices que quieres regresar.
-Mmmm... ¿y quién más va?
-(Chingada madre, ps nomás tú y yo) No sé, ¿a quién más le decimos?
-Dile a los demás, yo le digo a Susana y Mariana.
-Sale pues (ps ya qué...)

Yo quería que fueramos sólo Elizabeth y yo, pero supongo que eso era puro sueño guajiro. Además... pues no estaba tan mal, de ir con toda la bola a no ir entonces estaba bien. Estábamos chamacos.

Invité a Pitus y a Juan, esos eran suficientes, pero luego el Chino se acopló. Con el Chino se acopló el Dany, Chava, George y las gordas gemelas. Luego después se enteraron los otros y se invitaron. Al final el viaje de dos era viaje como de veinte.

-¿Lover, tu conoces el mar?
-Ps... hace un chingo cuando estaba morrito me llevaron mis papás.
-¿Si es cierto que el agua es salada?
-Se me hace que sí, me acuerdo que me atraganté con una ola.
-Órale... yo no conozco el mar.
-Ps caigale con nosotros mi Mayito, ya se aferró toda la banda.
-No ps como...
-No hay cuete, yo le presto
-¿Neta?
-Simón... pero me los pagas.
-¡Ah que chingón! ps gracias Lover, neta si te pago.
-Más te vale pinchi Mayito...

Se llegó el viernes y por la noche ya estaban todos bien puestos para irnos, adelantamos la salida, Eli dijo que iba a ser un internado más largo, sus papás la dejaron directamente en el lugar, hizo la finta de que se metió y cuando se fueron yo llegué y nos fuimos de volada para la central de autobuses.

-¿Ya lista?
-Te estaba esperando *****
-Ps vámonos pues.
-¡Pues vámonos!

Susana y Mariana llegaron directamente a la central. Nos subimos al autobús y Susana se sentó al lado de Eli, ya me había cagado mi plan ganador, así que de volada agarré el asiento de un lado pegado al pasillo, a mi lado se sentó Mariana. Seguro Susana lo había hecho porque sabía que Mariana quería pasión conmigo. Pero no funcionó porque yo me la pasé todo el camino volteado platicando con Eli

El desmadre en el camión se puso bueno. El Chino se fue hasta adelante, a un lado del chofer, nomás que el muy panzón se había cenado una buena orden de tacos de chorizo. Traía asado al pobre chofer con tanto pedo. Hubo un momento en que el chofer se orilló en la carretera, y muy encabronado se dirijió al Chino.

-¿Pos' de que se trata? ¿ya estuvo bueno no? Te truenas otro y te voy a bajar.
-Ya pues chofi, es que ando malo.
-¡Sí pero no chingues! ¡Así no puedo trabajar!

Todo el camión, tantos amigos como extraños se comenzaron a reir. Y siguió el viaje y conforme pasaban las horas el desmadre bajó porque se empezaron a quedar dormidos.
Menos Eli y yo que íbamos entrados en la plática. Mariana se quedó dormida rápido, después Susana sacó una pequeña cobija y dijo que ya se iba a dormir. La ignoramos y seguimos platicando. Creo que sólo dormimos como 2 horas. Llegamos a las 6 de la mañana.

Fuimos a buscar hotel, y claro, nos quedamos en el más barato y rascuache. A mi me daba pena por Eli, pero a ella parecía no importarle, aunque con su familia siempre fuera a lugares mejores que ese. Nos repartimos en los cuartos, yo me fui con Pitus, Juan y Mayito. Eli se quedó con Susana y Mariana.

Mayito era el más emocionado en conocer el mar. Apenas dejó sus cosas y peló gallo directito a la playa. Ni se había puesto el short que traía. Luego como a los 20 minutos regresó todo mojado diciendo emocionado que sí era salada el agua. Que sabía bien culero.

Nos arreglamos y nos fuimos para la playa. Eli se puso un traje de baño azul, que aunque era de dos piezas era bastante decente y nada vulgar. Se veía hermosa.

-Tsssss ¿qué pachó mi Lover, ya viste a la Eli? se ve rebuena.
-Kiubo cabrón, al tiro...
-Uuhh pues, yo nomás decía.
-Vaya y fíjese en las pinches gordas gemelas cabrón.
-Ya pues mi Lover, ta' bueno.

Luego Pitus me dijo:

-Kiubo carnal, hazme el paro con la Susana ¿no?
-Ni modo que no carnal, ahorita yo te hago camino.

Fue fácil, a los 15 minutos ya estábamos ahi los 4 platicando, con Mariana como la quinta estorbando. Mariana se contoneaba en frente de mi en un traje de baño vulgar que traía vueltos locos a todos los del barrio, pero no era alguien que me interesara.

Jugamos en el mar, pisteamos, nos quemamos. Y por la noche hicimos una fogata. A Eli le dio frío, y se acercó discretamente a mi. Cantamos y contamos tantas cosas. Y ya entrada la noche, cuando unos estaban inconcientes de tanto alcohol y otros ya se habían regresado al hotel, Eli y yo nos quedamos ahí sentados. Moría de ganas por darle un beso, pero me conformé con sentir su piel suave a mi lado. Al parecer en el mar la vida no era tan cruel. Y pensé en irme para siempre del 14, repartir pescado en vez de coca, sudar por el calor del sol y no por los nervios de ser atrapado, escuchar las olas y no las balas.

Al día siguiente salíamos a la 1 de la tarde con rumbo a la ciudad. Estábamos ya todos en el camión y cuando estaba a punto de arrancar alguien grito: "¡Espérense! paren el camión todavía no llega Mayito"

Empezamos a preguntarnos entre nosotros dónde estaba Mayito pero nadie sabía, el chofer ya estaba desesperado y quería arrancar, lo detuvimos unos instantes más y Pitus se bajó a buscarlo, después regresó pero sin Mayito. Y cuando el chofer estuvo a punto ya de arrancar porque no podía esperar más, Mayito llegó corriendo con un montón de cosas entre los brazos. Todos lo abuchearon cuando se subió:

-¿Qué pasó Mayito luego porque no guardaste tu ropa?
-¡Nombre! No es mi ropa.
-A chingao ¿y luego de donde te la robaste?
-No, no me la robé mi Lover, hay un chingo de gente en la playa que deja tirada la ropa, y dejan toallas, chanclas, tenis, ¡y todo está bueno! ¡de que la dejen ahí nomás de basura pos' mejor me las traje! ¡También me agarré arena y agua de mar!