Capítulo sesenta y uno

martes, 3 de noviembre de 2009

-Lover, vente, vámos pa' con Chayito
-¿La doña del otro día?
-Sí, que dizque lee las cartas, ve tu a saber

El local de Chayito quedaba prácticamente a la vuelta de la vecindad. Era una buena pelea la que se desataba entre los clientes quienes en vez de buscar saber su futuro se lo gastaban en su presente con una "baby" o quienes iban dispuestos a comprar amor y terminaban gastándolo en tratar de saber su futuro.

El lugar, como imaginarán, estaba lleno de cosas extrañas. La entrada tenía una cortina de esas hechas de bolitas de plástico que simulaban diamantes. Las paredes estaban pintadas de azul y colgaban toda clase de objetos: cuernos de algún animal, pinturas de seres mitológicos, plumas de diversas aves, máscaras de papel maché, etc. Además estaba sumergido en una atmósfera de humo de incienso.

Chayito, sentada en lo más hondo del local, esperaba a su clientela sentada fumando un cigarro con aroma a frutas. Vestida de manta, su pelo chino y largo caía por sus hombros. Era una mujer entrada en carnes, pero no una gorda desparramada. Cuando vio entrar a Rito se paró y lo saludó con mucho gusto.

-¡Rito! yo pensé que me ibas a quedar mal.
-De eso nada Chayito, yo soy cumplidor.
-Eso que ni que Rito, eso que ni que.
-Buenas tardes Chayito.
-¡Lover! buenas, ¿y qué andan haciendo por acá?
-Pos' visitándote Chayito, ¿que no nos vamos a echar unas heladas?
-Es hora de trabajo Rito, pero... pos' vamos dándole.
-Lover, saca el arsenal.
-¡Ah! pero si ya venían preparados eh!
-Hombre prevenido vale por un chingo Chayito, por un chingo.

Platicaron que habían hecho de sus vidas, Rito contó cómo fue que le pusieron el "cuatro" y porqué había tenido que regresar al barrio. Chayito contó sus múltiples trabajos para sacar el pan. Pero dijo que "lo suyo lo suyo" era leer el horóscopo azteca.

-El horóscopo azteca es diferente de los demás. Ese va evolucionando porque tiene muchos "candados". Una sesión para leer el horóscopo azteca lleva mínimo hora y media, y eso sólo para dar información a grandes razgos. He durado varios días leyéndoselo a a politiquillos.
-Ah chingao, ¿y a poco si funciona?
-Sí, estuve trabajando con una asociación de niños con problemas de aprendizaje. Les leía el horóscopo azteca y en base a eso les daban tratamiento. Muchos avanzaron remucho, debieras de verlos.
-¿Y cuánto cobras?
-Depende el sapo es la pedrada. A los politiquillos les tumbo su buena lana, pero por lo general les digo que lo que gusten cooperar. También les doy un amuleto con su signo.
-A ver, échale aquí con el Lover.

Me preguntó mi fecha de nacimiento y sacó un libro que se abría como una acordeón hasta dejar al descubierto un grán códice. Luego con una tabla comenzó a sacar unos pinches números. Luego de unos minutos me dijo:

-Por lo general todos tenemos dos signos. Aquellos que son un signo puro tienen la potencia de ser personas importantes en la vida. Pero como te digo, casi todos tenemos dos signos. Las familias suelen compartir uno de ellos y el otro es el que los va a diferenciar. Existen sólo tres signos espirituales: la serpiente, el jaguar y el águila.

Si no me equivoqué en los cálculos, tú eres Jaguar y Caña. Como signo jaguar eres solitario. Te gusta observar pero no ser observado. Acechas a tu presa como el felino. Tú puedes ver lo que otros no pueden ver, porque observas, estudias la situación. Como jaguar, te toca ser guerrero. La noche es tu cómplice.

La caña significa los que toman la batuta. Tienen el don de poder dirigir a las personas. Como la caña, eres duro por fuera pero dulce por dentro. Los caña deberán tomar el mando aunque no quieran, tienen el don de la comunicación, del habla.

Como te dije, esto es solo a grandes razgos, si quieres luego hacemos una sesión donde lo leemos a fondo y te explico cada cosa, con "candados".
-Gracias Chayito.
-¿Y tú Rito?
-No yo no Chayito.
-Ándale, gratis.
-No no Chayito. Pa' la otra.
-A ver dime, te lo voy a leer.
-No espérate... Lover, ¿ya son las 6 no?
-Sí, ya
-Llévale al Diego las "camisas"
-...
-Sí sí, las "camisas".
-¡Ah si! Chayito, muchas gracias, ¿cuánto va a ser?
-¡Cómo crees Lover! con la cervecita fue suficiente.
-Gracias Chayito, nos estamos viendo.
-Lover, una última cosa: la caña debe ser protegida del viento, el jaguar será venerado con sangre.

No entendí que me dijo, pero siempre me acordé de sus palabras.

No tenía que entregarle nada al Diego, pero entendí la señal.

Hace mucho que se deseaban, hace mucho que no estaban solos.

Capítulo 60

miércoles, 21 de octubre de 2009

No pasaba una semana sin que Rito me preguntara cómo iba en la escuela o qué iba a estudiar. Yo siempre le daba largas, no me gustaba que me preguntara de eso. Aunque él siempre insistía.

-¿Qué vas a estudiar Lover?
-Pues... nada, yo creo que termino la prepa y ya.
-¿Cómo que la prepa y ya? no seas pendejo Lover, ¿luego que no quieres ser licenciado?
-Pa' robar no se estudia.
-Lover, ¿cuántas veces le he dicho que uste' no es como nosotros? nosotros somos pelados, tú no.
-Y yo siempre te he dicho que somos de donde mismo, del 14.
-Mira Lover, no le hagamos al loco. Todos sabemos que tú eres diferente. Sí, eres del barrio, pero porque aquí te puso la vida, no porque seas de aquí.
-¿Qué pasó Rito, estas diciendo que no soy catorceavo?
-No no no, no es eso. Uno es bruto pa' hablar. ¿Cómo te explico? Tú tienes pedigrí, tú vienes de otra cuna. Uno hace esto porque no sabe hacer otra cosa, pero tú eres inteligente. Aprovéchalo.
-Rito, tú eres inteligente. ¿Quién es el que mueve al barrio en verdad? pos' tú mero.
-No Lover, no me entiendes. Esas son pendejadas. Eso es colmillo, maña. Tu tienes "eso" que a leguas se mira. Te propongo un trato.
-A ver.
-Hazte licenciado y yo te "apadrino".

Cuando uno entra en el bajo mundo, ser "apadrinado" por un "grande" era el sueño de cualquier malandrín. Parte del respeto del "padrino" se pasaba por herencia al "ahijado", Rito jamás había "apadrinado" a nadie. Era la mejor oferta del barrio. Muchos habrían deseado entrar a trabajar con Rito de esa manera. Las oportunidades sólo se dan una vez en la vida, esta era una de ellas, yo debía tomarla.

-No ps, va a estar cabrón Rito. Pero que se arme
-¿Luego?
-Se necesita mucho puntaje, y por el promedio de la prepa no hay cuete, estoy en el comité, el pedo esta en el examen de admisión.
-Eso es lo de menos Lover, yo conozco a gente que me debe algunos favores. Entonces ¿estamos?
-Pos ta' bueno.
-Ya está mi Lover, mañana vamos a hacer esos papeleos.

Fuimos a ver como sería el bisne. Rito me ubicó de volada con unos cacas grandes de la universidad.

-¿A qué quieres entrar?
-Licenciado.
-¿Pero en qué?
-Ps... de leyes.
-¿Licenciado en Derecho?
-Pos' eso de abogado.
-Sí, sí, en Derecho.
-Pos eso.
-¿Qué pasó Rito, a este lo trajiste pa' que te haga el paro o qué?
-No, ps' pa' que le eche ganas el chavo.
-Jajaja, que cosas... pero bueno, así hacen sus "negocios" y ya saben a lo que le tiran.
-No güero, el chavo no anda en nuestros negocios.
-¿Ah no? ¿Y entonces porqué lo trajiste?
-Oh que la canción, uno no puede hacer una ayuda porque de volada ya piensan mal.

Los dos se quedaron en silencio mirándose y soltaron una carcajada. El tipo tenía una risa muy peculiar, una risa de gordo muy chistosa.

-No te conociera Rito, jajajaja, mejor dile a la secre que se traiga el six, hace mucho que no te veía.
-Güero, mejor la chelas las dejamos para la otra.
-¿Me vas a despreciar Rito?
-Cómo crees Güero, nomás que se me hace que ahorita vas a estar ocupado.
-No para nada, no hay mucho que hacer. Bueno, todas esas pendejadas de papeleos pero les ponemos el sello de aceptado y ya con eso.
-Nombre, si vas a estar ocupado.
-Ah caray, ¿y porqué? ¿tú tienes mi agenda o qué?
-Pos' más o menos. Lover, traele el regalito que le trajimos.

Salí de la oficina y le dije a la Zaira que se pasara.

-¿Como ves güerito? Pura calida'...
-Pinchi Rito, jajaja, no pos' sí hay. Pero no te hubieras molestado hombre...
-Güero tu sabes que me gusta ser agradecido.
-Hombre Rito, pero no hacía falta.
-Como no Güero, así ya me siento más en confianza de pedirte otro favor.
-Jajaja pinchi Rito, tu no das paso sin guarache.
-Zaira, quiero que me atiendas bien al señor, quiero que lo dejes bien servido.
-Hombre Rito, se me hace que el chavo este va a entrar hasta en primer lugar, jajaja.

Y mientras cerrábamos la puerta, las regordetas manos del tipo rodearon la cintura de Zaira y la jaló para con él.

Meses después estaría yo pisando las aulas de la universidad, empezando la carrera de Licenciado en Derecho, aprendiendo todas las leyes. Todavía no sé si aquella decisión fue nomás porque quería hacerle un chiste negro a la vida.

Capítulo cincuenta y nueve

jueves, 8 de octubre de 2009

-Lover, ya va a ser mi fiesta de 15 años.
-¿A poco sí Laurita?
-Sí pues, para que vayas.
-Un gustazo ¿y que va a haber?¿vamos a cerrar la calle?
-Pues fiesta.
-¿Con vestidote y pastelote?
-No como crees, eso está muy aburrido... voy a rentar luz y sonido y pues eso.
-¿Pa' cuando?
-De este sábado al otro, para que vayas eh.
-Si pues, yo te voy a regalar unas botellas pa' tus amigos.
-Gracias Lover, ¡no vayas a faltar!
-Nombre Laurita, ahí mero me vas a tener.

Laurita era linda, era morenita, de pelo negro y lacio, ojos grandes color gris. Estaba delgadita, le faltaba de donde agarrar, pero todavía tenía tiempo para "crecer".

Cada que la veía me recordaba lo de su fiesta, y yo le decía que seguro iba, que yo no rajaba. "Órale pues Lover, espero que seas ley"

Luego un día llego un chavo y con una sonrisota de baboso me preguntó

-"¿Qué tranza mi Lover, sí va a ir a la fiesta de la Lau?"
-Si ps sí, ¿por?
-Ps... es que me mandó decir.
-¿Qué?
-Dice que quiere que le des su regalo.
-¡Ah chingao! ps si ya le dije que el sabado le llevo unas botellas.
-'Ira Lover, la Lau me mandó decir que quiere otro regalo.
-¿'Ora qué?
-Dice que se siente mal, que ya va a cumplir 15 y todavía está "nuevecita". Y pos...
-Jajaja, no chavo... ps que se busque uno de su edad.
-Ps dice que quiere que tu la "estrenes". Que la hagas mujercita.
-No tengo ganas de meterme en problemas ahorita... dile que todavía huela a MP
-¿MP?
-Ministerio Público.
-Chale Lover... como si les tuvieras miedo a esos weyes.
-Miedo no, pero ¿pa' que le busca uno?
-¿Tons no?
-No.

Ya con estos antecedentes me dieron menos ganas de ir a la fiesta. Nomás iría a hacer acto de presencia. Pa' que no dijeran.

El mero día de la fiesta, Laurita llegó con un vestido pegadito. Apenas si se notaban sus pequeños senos, parecían un mero doblez del vestido. El vestido se estiraba tan sólo un poco en la parte de sus caderas, sutilmente delineando su figura. Creo que lo mejor estaba donde terminaba el vestido, porque dejaba ver que tenía unas piernas bien torneadas y aunque flacas, no eran huesudas. Clara señal de que tenía pontencial, que algún día ese vestido se iba a rellenar perfectamente. Pero no hoy.

Le di su abrazo y le llevé las botellas que le había prometido.

-¿Y qué pensaste del otro regalo?
-No mija... como crees, mejor búscate a un chavo de tu edad.
-Están bien pendejos.
-Ps así aprenden juntos, chaparrita
-¿Entonces así me vas a dejar?
-No te amargues, mejor disfruta tu fiesta, deja me voy a echar un rol.
-Tú te la pierdes.

Y me di una vuelta por la fiesta. Aquello olía a hormonas, las sudaban. Bailé con varias, pero no amé a ninguna. Laurita no me despegaba la mirada, más con recelo que con otra cosa.

La música movía automáticamente los cuerpos, el humo de las máquinas creaba esa niebla cobarde, el olor de la mota adornaba el aire, las luces del estrobo cortaban la visión y todo parecía en cámara lenta. Después entre la niebla veías siluetas que se alejaban de una que parecía vomitar, pero no se escuchaba ni se olía.

Unas manos se metieron por debajo de mis brazos y abrazaron mi pecho. Voltee y era ella, ¿Bailamos? preguntó, las máquinas echaron más humo, las luces cambiaron de color violentamente y escondidos entre la niebla la agarré y le di un beso.

Ella trató de abrazarme en medio del beso, pero eso me molestaba pues no se trataba de amor, por lo que tomé sus brazos y los puse detrás suyo, mientras los míos se deslizaban primero por sus manos y luego por sus nalgas. Mi mano encontró el fin de su vestido, luego con una decisión absoluta se fue debajo de su vestido y también debajo de sus bragas. Agarré con fuerza. Había con qué trabajar.

"Te espero en la esquina" le dije al oído mientras se lo besaba, mordí su cuello y la solté. Yo me fui por otro lado.

Una vez en el punto de encuentro, rápidamente me la llevé al carro. Quizá pensó que la dejaría retomar el aliento, pero ese no era mi objetivo. Apenas se subió y la acomodé debajo mío. Con un poco de violencia le quité las bragas, pero se atoraron en sus tacones, no esperé y las rompí. Le subí el vestido hasta poder ver su ombligo. Besé su entrepierna un par de veces y luego lo hice con cuidado. Me dijo que dolía, le dije que sólo al principio. Fueron los únicos minutos que fui "tierno". Después aumenté el ritmo. Parecía que iba a llorar, así que mantuve la velocidad. Minutos más tarde, cuando al parecer el dolor se había convertido en placer, lo hice con más fuerza. Le gustó. Me gustó. Tan estrecho, tan húmedo.

Una vez que terminamos me quité de encima, eché los brazos detrás de mi cabeza e intenté alejarme lo más que podía de su cuerpo. Los vidrios empañados nos delataban. No había mucho tiempo para recuperarse, le bajé el vestido y le pase mis mano por su cabello como peinándola.

-Feliz cumpleaños
-Gracias...
-Laurita - le dije lo más neutral posible - espero que no te ofendas, pero...
-¿Qué?
-Esto fue sólo carne... no hay más.
-Lover... no importa, ya sabía, yo sólo quería que me rompieras el himen, no el corazón.

Si alguien se había quedado sin palabras ese era yo. Una chamaca de 15 años dándome una lección de frialdad. Esta nueva generación iba a 300 por hora.

Al día siguiente quité las fundas de los asientos. Me molestaba la sangre. Sí, ya iba preparado. Desde un principio estaba dispuesto, sólo fue que me quise hacer el exquisito.

Capítulo 58

jueves, 1 de octubre de 2009

¡Ya llegó Joaquín Llorabas! Disculpen ustedes el retraso de este último tiempo, pero aquí Marina no se pone las pilas para subir este cotorreo. Ya me pegó. Ya pues, tú ponle los acentos. En fin, capítulo 58.

-¡Lover! que dice el Adrián que vayas.
[...]
-¿Qué pasó Adrián? ¿qué me buscabas?
-Sí Lover, necesito que me hagan un trabajo.
-¿De qué?
-Te vas a ir con Pitus y con Juan.
-¿De qué va a ser el trabajo?
-¡Mucha pinche pregunta! le voy a pagar ¿qué no?
-Pero para mentalizarse.
-Mentalizarse mentalizarse... haz lo que te digo y que ellos te cuenten en el camino.
-¿Hay que llevar cuete?
-Sí.

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-Lover, acompáñame al Parián.
-¿Te vas a invitar las heladas mi Rito?
-Nombre, vamos pa' que tu me las invites.
-Tsss te digo.
-Jajaja, cabrón, cuando yo lo invite es porque yo pago.
-Así ps sí.

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Llegué y ya estaban esperándome Pitus y Juan. Juan, con cara de pocos amigos aun con resentimiento por lo de Yara. Nos subimos al carro, Pitus sería el chofer.

-¿Qué trajiste?
-La 38
-No chingues Lover, eres cabrón pero no tanto.
-¿Pos' luego pa' qué quiero más?
-¿No te dijo Adrián?
-No
-Puta madre.
-¿De qué se trata?
-Vamos a ir con el "Chaparro"
-¡No chingues! ¿lo vamos a quebrar?
-¿Le tienes miedo pinche Lover? - preguntó Juan con toda la malicia.
-No es eso, es que hasta cierto punto es compa. - le contesté yo.
-No ha pagado lo que debe, pero no lo vamos a quebrar - dijo Pitus.
-¿Entonces?
-Vamos a cobrarnos "a lo chino", no queremos violencia. Pero para eso tenemos que sacarles un buen susto. Trajimos las escopetas.
-Chingado.

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-¡Pelón, traeme dos estrellitas pero bien frías, de volada! - le dijo Rito al mesero - dicen que por ahí anda el Joaquín.
-¿Y ese wey quién es? - le pregunté.
-¿A poco no lo conoces?
-No ps no.
-Joaquín, "El cobarde".
-Me dejas igual Rito.
-¡Oh que la canción!, gracias, traete unas botanitas de una vez Pelón, te digo, entonces ¿a poco no has oído la historia? Joaquín Quijano...
-Tiene nombre de cantante jipi, de esos mugrosos que tocan trova.
-Jajaja, ¿y eso qué es?
-¿Jipi?
-No cabrón, jipis son los John Lenon y esos, lo de "trova"

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Llegamos al resataurante a las 6 de la tarde. Lleno de gente, como temía. El valet parking se ofreció a meter el carro, le dijimos que no tardábamos. Ellos insistieron. Les dijimos que íbamos con el "Chaparro". Dejamos el carro ahí nomás.

En una mochila para gimnasio llevában las escopetas. Sin dudar caminamos hasta la oficina del Chaparro.

-¿Quién?
-Yo.
-Chingada madre, ya les he dicho que me encabrona que no digan su nombre pos' que son fantasm....
-Buenas Chaparrito, no te me pongas bravo - le dijo Pitus mientras lo empujaba para la dentro de la oficina.- Lover, quédate afuera, tu vente Juan.
-Chaparro, podemos hacer esto de la manera más difícil que quieras. - Sacaron las escopetas - Calibre 12, son más inseguras para quien las dispara, pero todavía más inseguras para quién recibe el disparo. Necesitamos el dinero pero de ya. Con 50% de interés.
-Cálmate Pitus...

Juan empuñó fuerte su escopeta y le apuntó justo en la cabeza

-¿Eres sordo o te gusta hacerle al pendejo? El Lover dice que yo soy medio pendejo, y a lo mejor es cierto y se me sale un pinche tiro. ¡El dinero!

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-Ps la trova es una música bien jodida de esos weyes que se sienten poetas.
-Jajaja, esos cabrones, poetas.
-¿Y entonces? ¿Quién es ese tal Joaquín?
-Era un cabrón de la Vieja Guardia.
-¿Del 14?
-¿Pos' de 'onde más va a ser?
-Ps entonces va a haber fiesta por que llegó ¿no?
-Jajaja, ¿fiesta? si antes la cagó haciéndose presente. A ver si no lo chingan. Bueno no, ahorita la Vieja Guardia ya está retirada, no creo que le hagan nada, ya estan viejos todos para andarse con chingaderas y rencores.
-¡Ah chingao! ps pa' que uno de la Vieja Guardia haya sido mandado al diablo tuvo que haber hecho alguna pendejada.
-Pendejadota. Le apodaron "El cobarde del puñal"
-Como me gustan los apodos que ponían los de la Vieja Guardia.
-Maestros para eso de la vacilada y el albur. Bueno, realmente el apodo completo era "El cobarde del puñal de jade" ¡chíngate esa!
-Está muy poético eso.
-Eran unos poetas esos pinches viejos. Unos poetas.

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-Pitus calma al Juan, cálmalo, te pago pero no se le vaya a salir un tiro.
-Chaparro, ¿dónde está el dinero?
-Mañana sin falta Pitus, sin falta.

Pitus le pegó con la culata en el hombro, el Chaparró gritó del dolor.

-¿Dónde está?
-¡Mañana Pitus, mañana! ¡sin falta!
-¿Dónde chingados está el dinero? ¿Te gustan más los billetes que la vida verdad?
-¡Pitus, tú sabes que sí pago!
-Ya, queremos el dinero ya. - y le pegó de nuevo con la culata pero ahora en la mano que cubría el hombro herido.
-¡Ay! ya, está bien, está bien, esta bien.

Y se alejaron los tres hacia una puerta muy delagada de madera.

-Cuéntale
-Ese era trabajo de tu contador, me lo voy a llevar todo y lo cuento en mi casa.
-Pero...
-No te preocupes Chaparro, si hace falta dinero te haremos otra visita.
-Y si sobra.
-En este negocio el dinero nunca sobra.

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-De los de la Vieja Guardia, Joaquín Quijano fue el último en llegar al 14 , quizá por eso nunca encajó al 100%, pero todos tenían que reconocer que Joaquín era bravo para el bisne. Ese Joaquín era "malilla" y en este negocio siempre se necesita un "malilla". Eso sí, te puede salir el tiro por la culata con ese tipo de gente, que fue lo que pasó. Era pachuco el compa, bueno pal' baile, no tanto como Leoncio, pero se defendía. Apostador como él solo, su fuerte era los gallos. Es más, si le preguntas a los viejitos que se sientan ahí en el Parián todavía se acuerdan del Joaquín. Se trincaba mucho el compa y cuando perdía hacía sus desmadres.
-Ahh tons por eso le pusieron el cobarde... el que apuesta tiene que perder como hombrecito.
-No, déjate de eso.
-¿Tons?
-Mató a uno del barrio.
-¡Ah cabrón! ¿pedos de faldas?
-No fue ni por eso.

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-Espérate Pitus, hay que contarlo de volad.... ¡ay!
-¡Que te calles cabrón! ¡Cállate ya perro! - le gritaba Juan mientras le ponía una chinga con la escopeta.
-Ya estuvo Juan, ya estuvo.
-¡Que no se pase de verga no somos sus pendejos!
-¡Ya Juan! - le gritó el Pitus pero Juan lo seguía golpeando.

Me metí en chinga para tratar de quitarle a Juan de encima.

-¡No te pases de cabrón Juan, ya estuvo!.
-¡Se cree muy chingón este pinche chaparro!
-¡Bájale de huevos Juan! ¡No mames!
-¿¡También estas de lado de este pendejo pinche Lover!? ¿También? ¿Ya estuvo no cabrón? ¿Quieres pedo conmigo o qué cabroncito?
-¡No digas pendejadas Juan, ya vámonos!.
-Juan, ya estuvo wey, tenemos que pelarnos - Le dijo Pitus.

A paso veloz cruzamos el restaurante, escuchamos el grito de la secretaria y mejor corrimos. Unos cabrones nos salieron con pistola, seguridad privada o guardaespaldas, quién sabe. Pero para esto habían traído las escopetas. Les apuntaron con ellas y los tipos bajaron sus pistolas, seguimos el camino y nos subimos al carro.

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-Peor tantito, mató a uno de la Vieja Guardia.
-Uuuuuy, error.
-De esos grandes.
-¿Y cómo estuvo?
-Pos' resulta que...
-¡Rito! ¡qué milagro que te dejas ver! - una mujer ya entrada en años y carnes le gritó de lejos a Rito.
-¡Qué pasó Chayito! pero si por tí no pasan los años, estás igualita.
-Jajaja, como crees... ¡Lover! ¡buenas! veniste con este viejo a verle las nalgas a las chamacas...
-'Ombre pues Chayito no me estés quemando aquí con el chavo.
-Ni que no te conociera Rito, pero que gusto verte, fíjate que me había enterado que andabas por aquí pero no había tenido oportunida' de visitarte, y como tu tampoco visitas pues...
-Pos' no me invitas Chayito, la cosa está en que me invites y armamos la fiesta.
-Iba de pasadita Rito, tengo que ir a un mandado... pero échate la vuelta a mi changarro, sirve de que te doy una leída del horóscopo azteca.
-Pos si ya me lo leiste.
-No Rito, pero el azteca es diferente, ese se lee varias veces porque tiene varios "candados", date una vuelta y verás...
-Ta' bueno pues Chayito, que estés bien.
-Lover, nos vemos, ahi te echas una vuelta con Rito.
-Que le vaya bien Chayito.
-Pícale Lover, ya se me hizo tarde para llevar un encargo ¡Pelón! aquí te dejo la feria. Ahí luego te cuento la historia del Joaquín.
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-Son mamadas Juan, son mamadas.
-Ya Lover.
-¿Cuáles mamadas? Asi se hacen los trabajos Lover, si te vas a pandear mejor no vengas.
-No me estoy pandeando pero el trabajo es directo, sin pendejadas. En lo que gritaba el pinche chaparro nos pudo haber caido la cuica.
-Eso si Juan.
-¿Pitus tú también te vas a poner de parte de este wey?
-No me estoy poniendo de parte de nadie, pero para eso llevamos las escopetas, para no hacerla de pedo tanto.
-Mamaste Juan...
-¡Ya estuvo bueno cabrón, párate Pitus, nos vamos a pegar en la madre!.
-A ver cabrones, no se que pedo traen entre ustedes pero los dos le van bajando de huevos,
-Ps este puto...
-Negocios son negocios Juan.
-Me vale madre, nos conocemos desde morros. Trabajamos juntos, vivimos en el mismo barrio. Déjense de chingaderas.

Capítulo cincuenta y siete

martes, 29 de septiembre de 2009

-Pero mira caballero, ¿por qué trae esa carita?
-¿Que pasó chula? pues ya ves que me traen en joda.
-Chico pero tú siempre eres tremenda pastilla.
-Y usted también ¿pa' qué le hacemos al cuento?
-Sólo porque me ven como algo exótico.
-Aquí no te tienes que hacer la modesta Yarita, ya estás en México... lindo y querido.
-Caballero es usted un pícaro...
-Y es usted una tremenda latina. Pero a ver, dígame pa' que soy bueno.
-Chico, esto es algo delicao, hay que chapeá bajito.
-Vámos pa' la casa.
-Te sigo.

Abrí la puerta, le invité una cerveza y no quiso, le invité un gallo y tampoco, le invité una línea y me dijo que a ella no le gustaban esas cosas de colombianos y que el día que el manco echara dedos ella lo iba a probar. Me pidió un vaso con agua natural.

-Mira chico, yo no quiero ni tiki tiki ni taka taka, pero el trato que tenemos los cuatro no se está cumpliendo.
-¿Cómo que no? ahí va lo de tus papeles ¿no?
-Ese no es el problema, el problema es tu amigo, Juan.
-(Puta madre) No le hagas caso Yara, ese cabrón ladra pero no muerde.
-Ya lo sé Lover, pero es que es un sangre pesado. Y últimamente después de que llega a la casa... - bajó la mirada repentinamente y se quedó en silencio.-
-¿Ha querido sobrepasarse contigo?
-Chico, tú sabes que es parte del trato. Nosotras no molestamos pero ellos tampoco.
-Yarita, no te preocupes yo voy a hablar con Juan, te prometo...
-Es que ya lo habían prometido Lover, pero Juan... es un bestia.
-¿Te hizo algo?
-No, porque no me dejé, le solté un simbombazo.
-Te doy mi palabra, hoy mismo arreglo eso chula.
-Gracias Lover... no sabe cuánto lo aprecio caballero.

Conocía a Juan desde niño, igual que a Pitus. Sabía que era terco, y sabía que las cosas podían salir mal. Pero era mi palabra, y eso era lo único que tenía. Fuí con Juan, y le platiqué el asunto, le dije que él había prometido no tocar a Yara, al principio me ignoró y se reía. Hasta que lo agarré del hombro y le dije:

-Juan, somos compas desde morros. No quiero tener pedos contigo. Pero necesito que me hagas ese favor.
-Mira Lover - me dijo volteando todo su cuerpo para ponerse justo de frente a mí, imponiendo su físico más alto y grande que el mío - lo que yo haga de mi vida son cosas que no te debes de meter, si yo me quiero chingar a la Yara es muy mi pedo.
-Loco, no confundas nuestra amistad con el negocio, lo tuyo con Yara es puro bisne y yo te pago puntualito, lo demás son pendejadas.
-¿Dices que hago pendejadas?
-Dije que son pendejadas...
-Por eso, hago pendejadas ¿entonces soy un pendejo?
-Juan yo no dije...
-Mira cabrón, no porque le chupes la verga al Rito significa que ya subiste de nivel en el 14, no me vas a venir a decir lo que tengo que hacer.
-Juan, respeto loco...
-Respeto ¡mis huevos! Yara es mi esposa y yo sabré lo que hago. Respeta eso Lover
-Es tu esposa por negocio no porque quiera que te la cojas...
-Que te valga madre Lover.
-No cabrón, yo di mi palabra.
-Lover, ¿qué no ves el negocio verdadero? Imagina cuántos clientes tendríamos si la "trabajamos".
-Eso no es parte del bisne Juan. - Me cagaba cuando Juan trataba de usar frases de Adrián para justificar sus estupideces.
-Es cosa de convencerla...
-Pero lo que tu quieres es obligarla.
-Cabrón... ¿crees que eres el único que puede tener viejas? Lo de "Lover" es una pendejada, no te la creas, no eres el único.
-Me vale madre porque me digan "Lover", lo que te estoy diciendo es que ella no quiere y punto.
-Tú la quieres para ti solito ¿verdad cabrón? No seas culerito, no todas son para el Lover.
-No quiero pedos Juan, no la toques, así era el trato. Estás recibiendo tu dinero a tiempo ¿no? entonces respeta el trato.
-Yo sabré lo que hago con mi esposa y punto.
-No te metas en problemas pirata.
-Sh sh sh, no me vuelvas a amenazar Lover, somos compas pero ponte trucha.
-No es amenaza Juan, es un aviso. Y el que se debe poner trucha eres tú, porque esto no es cosa de faldas, es cosa de negocio. No la toques y ya estuvo.
-Si el problema es el negocio yo te devuelvo lo que me has pagado.
-Juan, no pongas las cosas difíciles.
-No no, las cosas son fáciles.
-Mira loco, nomás te estoy pidiendo que hagas lo que habíamos quedado, evitemos pedos. - Le dije tajante y me alejé.
-¡Lover! - gritó cuando ya me iba.
-¿Qué pasó?
-Somos compas, pero a mi no me andes amenazando cabrón.
-No es amenaza, es aviso... y el que avisa no es traidor.

Capítulo 56

jueves, 17 de septiembre de 2009

Rito llegó muchos meses antes de lo que esperábamos. Eso sólo significaba que había tenído problemas.

Pero aunque hubiera llegado sin avisar, causaba la misma euforia en el barrio: "Ya llegó Rito", "Por aquí anda el Rito", "Cuádrense que ya llegó el Rito".

El Rito llegó con una mochila al hombro y una sonrisa. No parecía preocupado, aunque rara vez lo estaba. Siempre regalaba una sonrisa. Dejó sus cosas en casa de su sobrino y salió a saludar a los del barrio.

-Qué pasó patrón, bienvenido al barrio - le dije yo
-Jajaja, yo no soy el patrón, ese es el Adrián. - contestó Rito haciéndome la seña de que había metiches.
-Pa' que nos hacemos mi Rito - le contesté yo sosteniendo lo que había dicho antes - ¿Luego porqué tan pronto se vino?
-A chingao, si quieres me regreso... - dijo en broma
-Nombre como cree Rito, siempre es bueno tenerlo por acá en su barrio
-¿Y cómo va la escuela Lover?
-Ps ahí va
-¿Pero ahí va bien o ahí va mal?
-Digamos que de eso no hay que preocuparnos.
-Como no mijo, uste no es un pelado como nosotros.
-Yo soy igual que todos
-No digas pendejadas Lover, pégale a los libros, pero mientras vamos por una chela, que ya me estoy secando.
-Pa' luego es tarde.

Mandamos a un chamaco por unas caguamas y nos fuimos para mi casa. Ahí Rito me platicó la razón por la que estaba aquí.

-Sí, tuve que soltarle un billete al juez pa' poder pelarme.
-¿Pero y para que te veniste para acá?
-Ya traía muy asados a los azules, el trato fue una lana y que me dejaban salir si me iba de la ciudad. Así que voy a estar buen rato por acá mi Lover.
-¿Y cómo estuvo que te agarraron?
-Me pusieron un 4.
-¿Un 4 a tí?
-Sí, estuvo como en las películas. Los perros sabían que me encantan las mujeres. Fue una piruja que ya tenía tiempo trabajando. Rosita. La Rosa. Re buena para los jales. Me la llevé para un motel. Cotorreamos chido en el camino, pero uno que ya es perro viejo se huele las malas intenciones. La Rosita traía algo extraño ese día, yo pensé que era cosa de putas, pero de todos modos no me confié. Cuando llegamos al motel me dieron una habitación de esas que están pegadas a otra finca, pero le dije al chavo que me diera una pegada a la calle.

Ya nos fuimos directo al cuarto y la Rosita me hizo un trabajito que para que me relajara porque me veía muy tenso. Ni le avisé cuando iba a terminar y entonces se tuvo que ir a lavar la boca. Aproveché para esculcar su bolsa, pero no encontré nada raro: condoritos, pintura, dinero. Pues total que la Rosita me convenció, nos echamos un palenque sabroso, me dejó muy madreado. Luego me rascó la cabeza, me estaba quedando jetón y mejor me levanté y me metí a bañar. El motelito este tenía tina, así que la empecé a llenar. Cuando iba a la mitad escuché que Rosita estaba hablando por teléfono. Pegué oreja a la puerta para escuchar lo que decía. Ahí me rompió el corazón, me lo rompió refeo. Les dijo que se vinieran de volada, que me estaba bañando y que ella me alcanzaba a entretener. Abrí la puerta, me puse el pantalón y Rosita me volteó a ver con cara de asustada. Le dije que era una hija de la chingada. Le di una cachetada, pero de esas buenas, de las que truenan resabroso y la aventé a la cama. Después me salí por la ventana, estábamos en un segundo piso, y caí en el techo de una camioneta, con eso amortiguó tantito pero me chingué el tobillo. De por sí ya ves que estoy chueco. Me fui escondiendo y agarré un taxi. Pensé que ya la había librado pero estos puercos ya estaban cerca, sabían desde antes a que motel iba. Nos pararon como 5 cuadras adelante. Me bajaron, me pusieron una chinga y también al pobre del taxista que ni la debía ni la temía. Nos llevaron a los dos a los separos y luego al pintón. Al pobre cabrón lo acusaron de ser mi cómplice. Yo les dije a los puercos que el taxista no tenía nada que ver, pero les valió madre, ya sabes como son. El taxista se les puso bravo, y con razón, porque era inocente, pero nomás se ganó una madriza. Al tercer día me arreglé con el juez así como te dije. Si me regreso al pueblo me llevan directo a la penal y me voy a quedar guardado un buen rato. Ya me traían checado
-Pero lo bueno que ya estás acá, en el 14.
-Eso sí. Pero ¿sabes qué es lo que más me duele? La traición de la Rosita. Ya me estaba encariñando con ella y le iba a decir que se fuera a vivir a la casa para que ya no trabajara.

A Adrián no le cayó del todo bien la llegada de Rito, aunque trataba de disimular y le hizo una fiesta de bienvenida. Sabía que con Rito había que quedar bien y aunque Rito reconocía a Adrián como el jefe, todos en el barrio respetabamos a Rito.

Adrián no podría preguntarle a Rito el motivo de su presencia, porque podría interpretarse como una falta de respeto, así que llegó conmigo.

-Que bueno que ya tenemos al Rito por acá verdad mi Lover.
-Si ps sí, ya sabes que el Rito es leyenda.- le dije tratando de hacerlo encabronar.
-Eso sí, el Rito fue muy canijo en sus tiempos.
-Y todavía.
-No creas Lover, ahorita ya hay nuevos talentos. Y luego ¿porqué se vino? ¿Tuvo problemas por allá o qué?
-Ps sabe, nomás me dijo que se vino a pasar un rato por acá, que porque hay mucho movimiento en el barrio.
-Pero aquí tenemos todo controlado...
-A lo mejor Rito vio algo que no estaba bueno.
-Pitus y yo tenemos bien trabajado todo por acá... eso lo debería saber bien Rito.
-Eso sí.
-Mira Lover, no te confudas, Rito es del 14, pero tú sabes quién es el jefe. - Me dijo en tono seco, al parecer los metiches me habían escuchado cuando llegó Rito. Pero no me importaba, porque si lo había dicho era precisamente para que se lo fueran a decir al Adrián.

El rey reclama su trono.

Capítulo cincuenta y cinco

domingo, 6 de septiembre de 2009

-¿Y si nos vamos a la playa?
-Estaría bien.
-¿Este fin?
-¿En serio?
-Sí.
-¿Cómo crees? no me van a dejar.
-Inventa que vas a ir con Susana.
-De todos modos no me van a dejar.
-¡Ah ya sé! di que te vas a ir al retiro ese de los sábados.
-Pero ya hace mucho que no voy.
-Ps mejor, así dices que quieres regresar.
-Mmmm... ¿y quién más va?
-(Chingada madre, ps nomás tú y yo) No sé, ¿a quién más le decimos?
-Dile a los demás, yo le digo a Susana y Mariana.
-Sale pues (ps ya qué...)

Yo quería que fueramos sólo Elizabeth y yo, pero supongo que eso era puro sueño guajiro. Además... pues no estaba tan mal, de ir con toda la bola a no ir entonces estaba bien. Estábamos chamacos.

Invité a Pitus y a Juan, esos eran suficientes, pero luego el Chino se acopló. Con el Chino se acopló el Dany, Chava, George y las gordas gemelas. Luego después se enteraron los otros y se invitaron. Al final el viaje de dos era viaje como de veinte.

-¿Lover, tu conoces el mar?
-Ps... hace un chingo cuando estaba morrito me llevaron mis papás.
-¿Si es cierto que el agua es salada?
-Se me hace que sí, me acuerdo que me atraganté con una ola.
-Órale... yo no conozco el mar.
-Ps caigale con nosotros mi Mayito, ya se aferró toda la banda.
-No ps como...
-No hay cuete, yo le presto
-¿Neta?
-Simón... pero me los pagas.
-¡Ah que chingón! ps gracias Lover, neta si te pago.
-Más te vale pinchi Mayito...

Se llegó el viernes y por la noche ya estaban todos bien puestos para irnos, adelantamos la salida, Eli dijo que iba a ser un internado más largo, sus papás la dejaron directamente en el lugar, hizo la finta de que se metió y cuando se fueron yo llegué y nos fuimos de volada para la central de autobuses.

-¿Ya lista?
-Te estaba esperando *****
-Ps vámonos pues.
-¡Pues vámonos!

Susana y Mariana llegaron directamente a la central. Nos subimos al autobús y Susana se sentó al lado de Eli, ya me había cagado mi plan ganador, así que de volada agarré el asiento de un lado pegado al pasillo, a mi lado se sentó Mariana. Seguro Susana lo había hecho porque sabía que Mariana quería pasión conmigo. Pero no funcionó porque yo me la pasé todo el camino volteado platicando con Eli

El desmadre en el camión se puso bueno. El Chino se fue hasta adelante, a un lado del chofer, nomás que el muy panzón se había cenado una buena orden de tacos de chorizo. Traía asado al pobre chofer con tanto pedo. Hubo un momento en que el chofer se orilló en la carretera, y muy encabronado se dirijió al Chino.

-¿Pos' de que se trata? ¿ya estuvo bueno no? Te truenas otro y te voy a bajar.
-Ya pues chofi, es que ando malo.
-¡Sí pero no chingues! ¡Así no puedo trabajar!

Todo el camión, tantos amigos como extraños se comenzaron a reir. Y siguió el viaje y conforme pasaban las horas el desmadre bajó porque se empezaron a quedar dormidos.
Menos Eli y yo que íbamos entrados en la plática. Mariana se quedó dormida rápido, después Susana sacó una pequeña cobija y dijo que ya se iba a dormir. La ignoramos y seguimos platicando. Creo que sólo dormimos como 2 horas. Llegamos a las 6 de la mañana.

Fuimos a buscar hotel, y claro, nos quedamos en el más barato y rascuache. A mi me daba pena por Eli, pero a ella parecía no importarle, aunque con su familia siempre fuera a lugares mejores que ese. Nos repartimos en los cuartos, yo me fui con Pitus, Juan y Mayito. Eli se quedó con Susana y Mariana.

Mayito era el más emocionado en conocer el mar. Apenas dejó sus cosas y peló gallo directito a la playa. Ni se había puesto el short que traía. Luego como a los 20 minutos regresó todo mojado diciendo emocionado que sí era salada el agua. Que sabía bien culero.

Nos arreglamos y nos fuimos para la playa. Eli se puso un traje de baño azul, que aunque era de dos piezas era bastante decente y nada vulgar. Se veía hermosa.

-Tsssss ¿qué pachó mi Lover, ya viste a la Eli? se ve rebuena.
-Kiubo cabrón, al tiro...
-Uuhh pues, yo nomás decía.
-Vaya y fíjese en las pinches gordas gemelas cabrón.
-Ya pues mi Lover, ta' bueno.

Luego Pitus me dijo:

-Kiubo carnal, hazme el paro con la Susana ¿no?
-Ni modo que no carnal, ahorita yo te hago camino.

Fue fácil, a los 15 minutos ya estábamos ahi los 4 platicando, con Mariana como la quinta estorbando. Mariana se contoneaba en frente de mi en un traje de baño vulgar que traía vueltos locos a todos los del barrio, pero no era alguien que me interesara.

Jugamos en el mar, pisteamos, nos quemamos. Y por la noche hicimos una fogata. A Eli le dio frío, y se acercó discretamente a mi. Cantamos y contamos tantas cosas. Y ya entrada la noche, cuando unos estaban inconcientes de tanto alcohol y otros ya se habían regresado al hotel, Eli y yo nos quedamos ahí sentados. Moría de ganas por darle un beso, pero me conformé con sentir su piel suave a mi lado. Al parecer en el mar la vida no era tan cruel. Y pensé en irme para siempre del 14, repartir pescado en vez de coca, sudar por el calor del sol y no por los nervios de ser atrapado, escuchar las olas y no las balas.

Al día siguiente salíamos a la 1 de la tarde con rumbo a la ciudad. Estábamos ya todos en el camión y cuando estaba a punto de arrancar alguien grito: "¡Espérense! paren el camión todavía no llega Mayito"

Empezamos a preguntarnos entre nosotros dónde estaba Mayito pero nadie sabía, el chofer ya estaba desesperado y quería arrancar, lo detuvimos unos instantes más y Pitus se bajó a buscarlo, después regresó pero sin Mayito. Y cuando el chofer estuvo a punto ya de arrancar porque no podía esperar más, Mayito llegó corriendo con un montón de cosas entre los brazos. Todos lo abuchearon cuando se subió:

-¿Qué pasó Mayito luego porque no guardaste tu ropa?
-¡Nombre! No es mi ropa.
-A chingao ¿y luego de donde te la robaste?
-No, no me la robé mi Lover, hay un chingo de gente en la playa que deja tirada la ropa, y dejan toallas, chanclas, tenis, ¡y todo está bueno! ¡de que la dejen ahí nomás de basura pos' mejor me las traje! ¡También me agarré arena y agua de mar!

Capítulo 54

martes, 25 de agosto de 2009

La conocía desde que eramos niños. Se llamaba Sara, "Sarita" para los del barrio. Su familia no era rica, pero vivían mejor que cualquier de nosotros. Era cabrona desde pequeña, iba que volaba para puta por puro gusto, no por necesidad y esas eran las mejores sin duda.

En su adolescencia no dudaba un instante en meterse con quien quisiera, su meta era que ninguno pudiera rechazarla, yo tampoco lo hice.

Con el tiempo se dio cuenta que el comercio era lo suyo, por lo que comenzó a cobrar por sus servicios. Se llenó de billetes rápidamente, era una puta fina con tarifa barata. Ella estaba encantada de la vida pues le pagaban por hacer lo que siempre le había gustado. Que envidia.

Luego un día, uno de sus clientes se enamoró de ella. El tipo era de dinero. Sarita pasaba de vez en cuando por el 14 montada en una "lobo" del año y nos saludaba . Eso sí, nunca podríamos decir que "se le subió", ella seguía tan sencilla como siempre.

No tardó en quedar embarazada. Dio a luz a un niño güerito como ella. Pero era obvio que alguien como ella jamás podría formar una familia. Su hijo no tenía más de 1 año cuando se separó de su esposo. Y para poder mantener al niño hizo lo único que sabía y le gustaba hacer.

La contrataron en un table dance, no muy corriente pero no muy fino. Al niño jamás le faltó nada. Ella se la pasaba en la fiesta, le gustaba ser admirada, ser deseada, que cada noche alguien se ofreciera a bajarle la luna y las estrellas, o simplemente unos buenos billetes.

Su fama creció como la espuma, y en un table de más caché le ofrecieron trabajo. No dudó en irse. "Zuleika" ganó entonces más fama y más dinero.

Luego un día llegó su exesposo con un abogado para tratar de quitarle al niño. Ella se rió en su cara. Él casi la cacheteó pero su abogado lo detuvo. Ella tenía el sartén por el mango, o al abogado por los huevos, como gusten verlo. Tenía dinero suficiente para pagarse un buen jurídico, y tenía los atributos para apendejar al contrario. Dicen que al abogado de su esposo le hizo un jale de campeonato, lo dejo seco. Así el abogado le dio largas al exesposo para que no hicieran nada en contra de Sarita.

Pero eso sólo lo hizo para demostrarle a su exesposo quién mandaba, porque un mes después fue hasta la casa del tipo y le aventó al bebé.

-Ahí esta cabrón, si tanto lo quieres quédatelo. A mi me estorba.

Y se dio la media vuelta, se subió a su camioneta y dejó al niño con su padre. Sarita no volteó ni a verlos por última vez.

Siempre fue una mujer ambiciosa, quería no sólo ser una de las mejores, quería ser la mejor, la que no se le iba ningún cliente, quizá por eso se puso implantes en las nalgas.

Pasaba el tiempo, nadie podía con Zuleika y mucho menos con Sarita.

Una noche salió al escenario dispuesta a dar lo mejor de su repertorio y quedarse con lo mejor de las carteras de los clientes. No se muy bien cual fue el movimiento, pero el caso es que se le reventó un implante. Zuleika tuvo que salir en hombros de los guardias del lugar.

En el camino al hospital algunas de sus amigas iban bromeando todavía con ella. Parecía que sería cosa de unos días, hasta que el doctor le dijo que perdería la nalga, pero que podría utilizar una bonita prótesis que no se notaría ni con pantalón ni con falda. El problema es que ella usaba tanga.

La liquidaron del table porque ya no podría encuerarse. El mundo se le vino abajo. Era un monstruo.

Después de un tiempo de gastarse sus ahorros en operaciones, prótesis y doctores, llegó al Barrio 14, a pedirme ayuda.

-Lover, necesito que me ayudes.
-¿Qué pasó Sarita? pues tú dime, ¿pa' que soy bueno?
-Necesito que me hagas un "trabajo".
-Ah caray... ¿cómo está eso?
-Lover, quiero tener a mi niño de vuelta... mi esposo ya no me deja ni verlo. Contraté a unos abogados pero no valen nada, nomás me bajan la feria y no he podido ver al niño
-Sarita, pero si tu fuiste la que lo dejó. Te puedo prestar una feria con interés bajo si quieres.
-No pensé en ese momento Lover, quiero verlo, y la única manera es que el "cliente" sea mi exesposo.

Lo medité unos segundos mientras ella lloraba.

-Sarita, no te puedo hacer ese trabajo... como quiera tu dejaste al niño y no le voy a quitar a su padre nomás porque ahora se te ocurrió eso. Ahora que si eso es lo que quieres, pues búscale por otro lado.
-No Lover, tu eres el único en quien confío ahorita. No quiero que me metan al bote.
-Mira Sarita... pues tengo unos amigos abogados... pero no te prometo nada. Además... pues son caros. Tu sabes. Podemos verle por ahí.
-Ok Lover, ¿cuánto quieres?
-¿Cuánto tienes?
-Ahorita no tengo dinero per..
-No te eches drogas encima Sarita. Mejor....
-¿Mejor qué?
-Dicen que convenciste a un abogado de una manera muy cabrona... y pues me gustaría saber...
-¿Saber cómo fue? ok Lover, si eso es lo que quieres...
-Sarita... eso si te digo, no te aseguro nada, no me gusta engañar.
-Ya está bien.

Ese mismo día por la noche se convirtió en Zuleika una vez más. Traté de no mirar cuando se quitó la prótesis y apagué la luz rápidamente. Tampoco la acaricié con la mano derecha porque tenía miedo de tocar ese hueco. Después de un rato me di cuenta que el mito era cierto. Un jale de campeonato. Me dejó seco.

Nos quedamos tirados en la cama un buen rato. Como no conocía el lugar, a tientas busqué un cigarro y el encendedor. Lo encendí. Aspire hondo mi tabaco. Una vez recuperadas las energías me levanté y me vestí. Me despedí de ella.

Justo antes de cruzar la puerta me preguntó:

-¿Entonces si se va a hacer el bisne Lover?
-Se me había olvidado decirte, ya platiqué con los abogados.
-¿Y?
-Me dijeron que está cabrón por tus antecedentes. Que va a estar largo y se necesita mucha feria...
-Pues entre más rápido empecemos mejor...
-Sarita... no me malentiendas, te dije que no te aseguraba nada... ahi te dejé unos billetes en el tocador, por lo de hoy. Mejor ve juntando la feria.
-Eres un cabrón... un hijo de la chingada.
-Y tu eres una puta. Cada quien hace lo que sabe hacer mejor.

El nuevo diseño

martes, 18 de agosto de 2009

BetoGorila: Órale... pues sí está bien, pero está medio feo el blog no?
Lover: No chingues Betito, apenas si sabemos escribir y todavía quieres que le pongamos florecitas y dibujitos.
Marina: apenas sabrás escribir tú pinchi Lover
Lover: ya pues, ya pues... no te vueles.
BetoGorila: ¿por qué no le cambian el diseño?
Lover: Oh pinchi Betito, ¿luego que no oiste? nosotros nomás le picamos a los botones y ya.
BetoGorila: Ahorita le hacemos un nuevo kñkljsdj
Marina: ¿y eso qué es?
BetoGorila: pues para que no se vea tan simplón.
Lover: ¿y no se borra?
BetoGorila: no pasa nada... aguántenme una hora y le cambiamos la cara a esto.
Marina: si se borra te chingo eh Beto!
BetoGorila: no pasa nada morra.

1 hora después.

BetoGorila: Kiobo! ¿a poco no se ve más nalga?
Lover: Tssss eso que ni qué Betito, quedó padrote.
Marina: a ver, revísale a ver si no se borró nada.
BetoGorila: Oh pues! que no se borra nada... pero revísale pues, para que no estés jodiendo.

Marina como loca le pica a los links y revisa que todo esté en orden.

Marina: No pues no se borró nada.
BetoGorila: te dije... pero te gusta estar jodiendo.
Lover: ¿ah... sí te gusta eso de joder Marina? Que falta de confianza Marinita, me hubieras dicho...
Marina: cállate Lover, ni empieces.
BetoGorila: pinchi Lover no perdonas...

Pues eso, BetoGorila se rifó cambiándole la cara a esto y Marina se rifó transcribiendo los capítulos como la mejor secretaria. Gracias chavos.

Se me olvidaba, que dice BetoGorila que si algún amable lector quiere contribuir con una imagen de diseño para el fondo del blog nos avise y la ponemos, bueno, la pone él que anda de ofrecido.

Capítulo cincuenta y tres.

jueves, 13 de agosto de 2009

-Lover, te lo pido de corazón... el muchacho cometió un error pero yo me encargo de que no lo vuelva a hacer.
-Así son los bisnes padre Alejandro.
-¿Sabes lo que significa para la santa iglesia un crimen de estos?
-No lo sé padre, pero pronto nos vamos a dar cuenta.
-No Lover, no, no, no, no... es que no estás entiendiendo. Si esto se sabe la gente ya no va a ir al templo... y tú sabes... nosotros vivimos de la caridad del pueblo.
-Y de sus mujeres ¿no padre?
-Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa ... además te pago y tú eres el que las trabaja ¿o estoy mintiendo ******?
-Discúlpeme padre pero no me vuelva a llamar así, para usted y los demás soy Lover, El Lover.
-Está bien Lover... está bien... pero te lo pido de favor, ayúdame que yo te ayudaré
-No
-Lover sé razonable, yo se que fue un gravísimo error, pero merece una segunda oportunidad.
-Mire padre, no crea que yo estoy de su parte, ni que quiero ayudarlo. Ese cabrón de...
-Juan Carlos
-...Juan Carlos hizo algo que no se le perdona ni a un hermano. La niña tenía 5 años cuando mucho, ¡5 años!, ¿qué le vió? Dígame usted, ¿qué le vio?
-No sé Lover, no sé, ¿qué quieres que te diga? fue un momento de debilidad... es que tú no conoces el ambiente que se vive aquí dentro, uno puede cometer errores, somos humanos.
-No, padre, no se pueden cometer errores, ustedes pueden pagar para pecar ¿no? y yo les traigo lo que me piden ¿no? Entonces ¿por qué chingados hizo eso? Ya le dije, la única manera de ayudarlo es que yo quiera... pero no quiero. Y peor aún... fue una niña de este barrio. ¿Qué clase de criminales seríamos nosotros si dejáramos que esta clase de chigaderas se hicieran en nuestra propia casa? No somos bestias.
-Ya te dije hijo... la debilidad... la carne ¿qué se yo? A veces Dios se pone de nuestro lado, a veces el Diablo.
-Dísculpeme padre, así son las cosas. Si lo protege voy a considerarlo como una falta de respeto al 14.
-Sé que se lo merece, pero si lo matas como el canalla que es, si lo expones ante la gente vamos a perder credibilidad Lover. ¿Cómo vamos a dar nuestra misa después de esto? ¿Con qué autoridad vamos a decirle al pueblo que se perdonen los unos a los otros? ¿Cómo les voy a pedir el saludo de paz? Esto va más allá de lo que es justo o injusto Lover. Esto es cosa de fe, esta gente no tiene nada más que su fe y tu se la vas a quitar. Todas las personas necesitan creer en algo. ¿Tú en que crees Lover?

Sabía que si esperaba un día más lo iban a enviar a otro seminario y sería imposible hacerlo pagar. Entendí el punto, el trabajo sería limpio, no lo iba a convertir en un mártir, pero tampoco lo iba a hacer pagar frente al pueblo. Recordé una de las torturas que el Benjas me había contado que le habían hecho unos judiciales.

El trabajo fue dentro del seminario. Lo mojamos de pies a cabeza, lo amordazamos. Conectamos los dos cables. El padre Alejandro trataba de calmarlo leyéndole cosas de las Biblia. El tipo balbuceaba clemencia como podía con el trapo en la boca. Luego cuando le acercamos los cables abrió grandes los ojos, gritó y lloró. Cerró los ojos. Acercamos los cables a sus genitales e hicieron corto circuito. El Benjas me dijo que se lo hicieron tres veces, así que lo hicimos dos veces más.

En el calor de la situación, el padre Alejandro se me acercó y me dijo:

-Acaba con este sufrimiento hijo. Por favor. Lo has dejado inservible. Lo has desgraciado para toda su vida.
-Me esta pidiendo que...
-Sí, pero hazlo ya... ningún hombre merece ese sufrimiento.

Me acerqué al cuerpo débil que estaba en la silla balbuceando. Le apunté y jalé el gatillo. El silencio no fue interrumpido por la explosión de mi cañón. Jalé de nuevo el gatillo. Nada sucedió. Después guardé la pistola, me di la vuelta y le dije a los muchachos que ya nos íbamos.

-Pero Lover ¿así lo vas a dejar? ¡Ten compasión!
-Sí, así se va a quedar.
-Pero es una barbaridad...
-En la tarde usted me preguntó en qué creía. Yo creo en mi pistola, y hoy no quiso disparar.

Capítulo 52

jueves, 30 de julio de 2009

-Lover, necesitamos llevar mercancía al Parián, ya sé que al Juan le toca esa zona, pero hoy fue a hacer un encargo especial, así que te va a tocar todo el jale.
-¿Cómo que todo el jale? ¿va a haber picada?
-No, no te emociones Lover, te voy a dejar la piedra, ráspale y júntame de volada cien líneas.
-¿Para qué hora es la merca?
-A las 8, así que apúrale.
-Ta’ bueno.
-Acuérdate, cuatro puntos es una línea, no le vayas a poner de más.

De volada saqué las herramientas y la materia prima. Piqué de y junté las 100 líneas como 15 minutos antes de las ocho. Las eché todas a la mochila, agarré la bici y le pegué duro.

-¡Qué pasó mi Chucho!
-Mi Lover, hace rato que no te veía por aquí ¿y ese milagro?
-Ya ves loco, ahora me tocó a mí.
-¿Si te trajiste las cien camisas?
-¿Luego? Soy bueno para las matemáticas machín, pos’ que creías.
-No es desconfianza Lover, pero vente, vamos a contarlas adentro.
-No hay cuete Chucho, el bisne es el bisne, vamos pues.

Mientras nosotros contábamos unos panzones estaban haciendo su escándalo en los equipales, quien sabe cuántas chelas y líneas ya traían encima.

-Esos pinches gordos ya llevan rato nomás haciéndole al pendejo, quien sabe a quien esperan.
-Han de ser nomás de esos cabrones que no tienen dinero y nomás están mareando las chelas.
-A la mera… sí, fueron 100 mi Lover, ahí le va el billete y cómo no, la propina.
-Gracias Chucho.

Cuando agarré el dinero y entregué la mochila los panzones se me quedaron viendo, al parecer me habían alcanzado a ver entre las tablitas de la puerta. De seguro eran cuicos, y no es que estuvieran cuidando más bien es que estaban buscando a quien extorsionar.

Cuando ya me iba, uno de los panzones me agarró del brazo.

-Oye chavo… no traes… - y se tocó la punta de la nariz para decir que quería polvo, coca.
-No jefe, yo no traigo de eso.
-¿Entonces de cuál traes? ¿caquita de chango?
-No jefe, ps ni que viniera del zoológico.
-No te hagas el gracioso cabrón… ya sabes que quiero decir.
-No ps no, y sabe qué, traigo prisa porque mi jefa quiere que le lleve el cambio.
-Ahhh, ya entiendo, tu pinche madre es la que trafica ¿eh?
-A mi jefa la respetas pinche gordo.
-¿Muy bravito cabrón? A ver si te vas aplacando, no estás hablando con cualquier pendejo – y en eso saca la pistola de algún lugar entre sus carnes.
-Usted es el que se siente muy bravito por que trae cuete… que si no…
-¿Qué si no qué pendejo? Ahorita mismo te parto tu madre – y dejó la pistola en la mesa. Qué pendejo, cayó en la trampa.
-Vente para la cantina, ahí nos agarramos sabroso.

Y el panzón le habló al otro y se fueron detrás de mí. Ya dentro de la cantina le cerramos la puerta. Entonces Chucho dejó de hacer lo que estaba haciendo en la barra y les dijo.

-Mire amigo…
-Yo no soy su amigo y ábrale la puerta cabrón.- dijo el gordo.
-Pues si no quiere ser mi amigo peor para usted, ahorita mismo le abro la puerta.

Para entonces todos los meseros y cantineros del Parián ya se habían juntado afuera de la cantina. Traían botellas, fileros, tubos y uno que otro cuete. Chucho abrió la puerta y los panzones nomás pelaron los ojos al ver a toda la raza.

-¿Entonces? ¿se iba a pelear con el chavo no? ¿Dónde quiere partirle la madre? ¿Aquí adentro o allá afuera?

Uno de los gordos agarró su pistola, pero no tenía caso, apenas quisiera jalar el gatillo se le iban a dejar ir una bola de madrazos.

-Aguanta carnal… guárdala mejor.
-Cómo digas… pero…

Entonces el Chucho continuó.

-¿Entonces? ¿Adentro o afuera?
-No hay pedo… ya nos vamos mejor.
-Como guste caballero… pero el chavo no se le ha rajado ¿ó qué?
-Para nada Chucho, lo arreglamos como debe ser – dije yo ya prendido y claro, con la seguridad de que me iban a quitar al panzón en cuanto me tumbara.
-Ahí nos vemos cabrones… - dijo el obeso – pero eso si te digo chavo, ya te estamos ubicando, trabajas para el Adrián y eres del 14, póngase trucha porque la fama a veces estorba.

Y se fueron el par de gordos con la cola entre las patas bajo la mirada de toda la raza del Parián.

-Que no lo asusten mi Lover, aquí ya pagamos renta. Esos cabrones nomás quieren venir a ver que roban. Órale, échate una coronita… va por mi cuenta.
-Chido Chucho, échamela pues.

Capítulo 51

jueves, 23 de julio de 2009

-Lover ¿Y cómo va el negocio, cómo va el 14?
-Ps ahí va caminando.
-Ya me dijeron que andas subiendo como cuete.
-Nah, a la gente le gusta exagerar.
-¿Exagerar? Si apañaste 2 kilos de base, tú eres el exagerado pinchi Lover, en una de esas no la cuentas.
-El chiste de vivir es morir contento... por eso me doy mis lujitos.
-Eso que ni qué... pero deja te platico a qué vine.
-A tu órdenes. ¿Quiéres que vayamos a cobrarle a un "cliente"?
-No'mbre, cómo crees. Es un bisne nuevo, que deja mucho varo y no se corren tantos riesgos.
-Ah chingao... a ver.
-Mira Lover, hace un tiempo me hice de un buen contacto y habíamos estado manejando la idea de traer el bisne para acá, nomás que por una cosa o por otra se nos caía. Pero ahorita ya hicimos ruta y va a empezar a correr la feria. El bisne es sencillo, tengo que "acomodar" a unas cubanas con gente de confianza. Necesitamos que se casen de volada para que los de inmigración no la hagan de pedo. Después de 2 años se divorcian, la cubana tiene sus papeles y cada quien jala pa' su lado.
-Pero... ¿te las tragiste para "trabajarlas"?
-No como crees Lover, yo no quiero andar en esos pedos de putas... las morras son ilegales que se quieren salir de con el Fidel. Nada de prostitución.
-¿Y en dónde hablamos de negocio tu y yo entonces?
-Te tengo dos propuestas: la primera es saber si te interesa casarte con una cubana.
-Pa' empezar Dios me libre de casarme...
-Es un mero trámite mi Lover, no tienes obligación de mantenerla, pero claro, tampoco te la puedes coger... es pura pantalla. Anímate, te escojo una buenota.
-¿Y pa' que chingados quiero una buenota si no me la puedo echar?
-Bueno, la regla es que no puedes OBLIGARLA, si la obligas nos metemos en un gran pedo... pero ya si ella quiere jalar ella sabrá... además... no he de saber porqué te dicen "el Lover", cabrón.
-No carnal... es mucho pedo.
-Anímate pinchi Lover, no le vas a gastar en nada, el trámite lo pagamos nosotros, nomás tienes que hacerle lugar en tu casa...y vives sólo. Es más, si no quieres no le hablas.
-Aunque sea pura pantalla luego me quemo con eso de andar casado.
-¿Es por la Eli verdad?
-Pos' pa' qué te digo que no si sí.
-Ya me imaginaba que por eso no ibas a querer... porque no creo que te desagrade mucho la idea de tener una cubanota viviendo en tu casa. Por eso te traje otra propuesta.
-A ver...
-Tu eres gente de confianza, y ese tipo de gente escasea hoy en día, ayúdame a acomodar unas viejas y yo me reporto contigo.
-¿De cuánto hablamos?
-El 30.
-Mitad y mitad.
-¿Qué pasó mi Lover? así ya no me sale. Si me las acomodas esta semana te doy el 35.
-40, las acomodo esta semana pero tu haces todo lo demás, yo me separo.
-Eres duro pal' billete pinche Lover, pero está bueno, voy a jalar porque sé qué eres de palabra.
-Y porque no tienes de otra.
-Eso mero, no tengo de otra, luego se me va el contacto.
-Trato.

Me moví rápido, los repartidores me contactaron con algunos riquillos que consumían. Les platiqué y tan sólo mencionaba la palabra "cubana" y ya se ponían como pubertos babosos y aceptaban el trato. Luego cuando les llegaba con una "cubana" pero del tamaño de un tanque, se querían echar para atrás. El pedo de hacer bisnes con el Lover era que no te podías echar para atras. Esa era mi garantía y sabían que la cumplía. Se resignaban a cumplir.

La última la acomodé en el barrio. No hayaba dónde meterla y el Juan se había ofrecido.

-Ponte trucha pinche Juan, no la puedes tocar o vale madre
-Sí pinche Lover, no la hagas de pedo
-Cabrón, sí la hago de pedo... no te vayas a pasar de lanza.
-Si va a estar como las otras gordotas que trajiste ni un pinche dedo le pongo encima.
-Trucha loco, ya les di mi garantía.
-Ya te dije que no hay cuete.

Fui a la casa de este carnal a recoger a la última cubana. Recuerdo que ese día traía yo una pinche sonrisota porque había terminado de acomodar a todas las cubanas y me iban a dar mi parte del dinero.

Subí al departamento de mi camarada, toqué la puerta y me abrió la puerta.

-Pásale mi Lover, la chica ya tiene listas sus cosas.
-Ps vámonos que al rato hay casorio.
-Te presento a Yara... él es Lover.
-Mucho gusto - dijo Yara.

Puta madre. Putísima madre. ¿Y ahora qué chingados hago? Era una tremenda cubana. Pelo negro y ondulado, morena clara, ojos grandes y negros. No tenía unos senos muy grandes, pero sí un culo de diosa. Una cara muy linda

-Yara, ve por tus cosas ya nos vamos.

Ella se metió al departamento

-¿Kiubo mi Lover, te dije que te iba a conseguir una buenota para el barrio?
-Me dijiste que me ibas a conseguir una buenta para mí.
-¡Pero no quisiste! Ahora sí ya quieres verdad cabrón?
-No cabrón... no es por eso...
-¿Entonces?
-Porque esa va para con el Juan.
-... la cagaste Lover.
-No pues... no hay pedo, yo lo controlo.
-Lover... más nos vale que lo aplaques... tu me diste garantía y yo les dí garantía de que no la tocaban.
-Y la sostengo.
-Cámbiala a otro lado.
-No tengo otro... pero igual y en un semana.
-Esta gente no nos va a esperar una semana.
-Cásate tú con ella, ahorita de volada.
-No mi Lover, me sacan del bisne. Mejor cásate tú con ella.
-No ya te dije...
-Eli, Eli, Eli... ¡déjate de pendejadas! son negocios.
-No son pendejadas... no puedo.
-Entonces vas a tener que controlar al Juan.
-Yo me encargo.

Lugo llegó Yara con su maleta.

-¿Hay algún problema chico?
-Como crees reina... aquí el único problema es que ya vamos tarde para la fiesta.
-¡Pues vamonos pues!
-Vámonos, deja te ayudo con tu maleta.

Capítulo cincuenta.

jueves, 16 de julio de 2009

El próximo "cliente" tenía un bar. Por supuesto que en el bar no solo vendía cerveza y vino. Podías conseguir casi cualquier cosa. El problema está cuando a la vez vendes y consumes, así la mercancía no rinde, y a este "cliente" le encantaba el perico. Se hizo amigo de los de Jardines, por lo que creyó que ya era fuerte y no tenía que pagar sus deudas con el 14. "Díganle a los del 14 que no les voy a pagar ni madres, y que si tienen los huevos me vengan a cobrar, ya saben dónde me encuentran."

Oscar era un chavo que tenía como 14 años, yo la verdad sólo lo conocía de vista, sabía que era del barrio. Cuando Adrián nos dio luz verde para quebrar al "cliente" dijo que nos lleváramos al Oscar, "el chavo tiene que ir aprendiendo" dijo el Adrián "Si se puede, que el Oscar le de el tiro de gracia". Yo no estaba de acuerdo con esa idea, el chavo no tenía nada que aprender de eso. Nisiquiera traté de alegar con el Adrián porque no tenía caso. Mejor lo haríamos a mi manera.

Saqué la pistola y revisé que no trajera ninguna bala en la recámara, no quería que se fuera a salir un tiro. Cargué todas las balas posibles. En el cinturón me escondí la navaja. Pitus decía que la navaja estorbaba "porque esa madre mentalmente te afecta, es una oportunidad más que tienes para fallar" yo le decía que más valía tenerla que correr "además te pareces a Joaquín Quijano" terminaba diciendo Pitus recordando al protagonista de una leyenda folclórica del barrio "El cobarde del puñal de jade". Me encanta mencionar siempre que puedo el título de esa historia. Los de la "vieja guardía" del 14 siempre la contaban. Pitus también cargó a tope su escuadra.

Según la información, el "cliente" llegaba al bar y lo primero que hacía era descargar mercancía a la bodega. A veces era mucho, a veces era poco, pero siempre descargaba. Tardaba de 1 a 5 minutos. Ese día no sabíamos cuánto iba a descargar, por lo que el trabajo tenía que ser en menos de 1.

Llegamos al lugar y le preguntamos al Oscar "¿Sabes manejar?", "No", "¿Sabes prender el carro?" "Sí" "Te quedas en el carro, si hay chance de que 'termines' el 'trabajo' te damos la señal" "Cámara". Mi plan, obviamente era no hablarle jamás a Oscar, para que no tuviera nada que ver en el "trabajo" y para que nunca aprendiera. Oscar se veía impaciente, parecía que tenía que liberar mucha energía y hacía gestos y tenía movimientos rápidos. Yo creí que estaba nervioso.

"Un volado a ver quien lo quebra" dije yo "Cámara, águila yo voy" contestó Pitus "Cayó sello, voy yo", "Trucha mi Lover". Como a los 5 minutos llegó el "cliente". Estacionó el carro como era costumbre, abrió la cajuela y comenzó a descargar mercancía.

Fije la vista en el objetivo unos segundos, para memorizar dónde estaba cada cosa, de esta manera no tendría que estar volteando sospechosamente. Luego comencé a avanzar, sincronicé mi caminar a cierta velocidad para que cuando llegara al lugar del disparo, el "cliente" estuviera de frente. Yo creía que disparar de espalda era de cobardes, y que el "cliente" en turno tenía "por lo menos" el derecho de saber quién lo había quebrado. Era un regla que había seguido desde la primera vez.

Mientras iba llegando a mi objetivo, es muy probable que el "cliente" me haya reconocido o se haya olido mis intenciones, porque cuando llegó por última vez a la cajuela, buscó entre las cosas y sacó una pistola. De volada me apuntó y disparó, pero afortunadamente no era diestro con el cuete, de otra manera yo no estaría aquí contando esto. Yo le apunté a la cabeza pero le di en el hombro, le apunté de nuevo a la cabeza y le di en el pecho. Un tercer balazo que no salió de mi cañón, le dio directo al cuello. Pitus había disparado. "Trucha carnal, trucha, trucha, trucha" Al escucharlo gritar me agaché por instinto, Pitus disparó de nuevo y le dio a quien me estaba apuntando. "Pícale Lover, este arroz ya se coció" Y otros hombres armados salieron del bar. Justo cuando íbamos de regreso al carro lo vimos disparar dos veces, no tenía la sangre fría, era un carnicero. Oscar siguió disparando una y otra vez hasta que ya no tuvo balas. Lo agarramos y lo llevamos a la fuerza mientras eufórico gritaba "Me la pelan". El resultado, un cadáver más además del "cliente" y dos inocentes heridos.

Ya en el carro y de regreso al 14, yo le puse un cague al Oscar. Le dije que era un pendejo y que había hecho un desmadre. Que había matado a uno que no era el "cliente" y herido inocentes. Oscar seguía eufórico, más de lo normal. Le pegué un madrazo. "Cálmate pinche mocoso pendejo, ¿qué te metiste" Oscar se asustó y le grité "¡¿Qué te metiste chamaco baboso?!" "No pos..." "¡Conteste cabrón!" "Pos me chingue unas lineas de perico antes de venir", "¿Quién te lo vendió?" "El Diego".

Cuando llegamos al 14 despaché al Oscar para su casa y le quité el cuete. Busqué al Diego pero no lo encontré, por lo que estúpidamente fui con el Adrián.

"¿Ya estuvo el jale Lover?" "Sí, ya estuvo" "Esto haciendo cuentas, al rato te doy tu parte" "No vine por eso Adrián" "¿Y luego?" "El Oscar traía encima unas líneas" "¿Y?" "Se las dio el Diego" "¿Y cuál es el problema?" dijo el Adrian mientras contba el dinero, con su eterno puro en la boca "Son pendejadas, la regla dice que no se debe vender veneno a los morros del barrio", "No veo el problema Lover, el Diego le regaló el perico, no se lo vendió ¿verdad?", "Pero es lo mismo, no se le da mierda a los chavos del barrio", "Tú también le entras al perico ¿no?", "A veces, pero es diferente Adrián, yo ya estoy ruco... pero con los chavos no nos metemos, o eso se supone", "Mira Lover, tenemos que agarrar el tren o se nos va. Cabañas 13 está creciendo, Jardines está creciendo, hasta los pendejos de Jarpis están creciendo, si no nos subimos al progreso ahorita, nos vamos a quedar abajo nomás mirando como se hinchan de billetes. Además, esa regla la puso la Vieja Guardia, y hace mucho que dejaron el bisne. Hay cosas que tienen que cambiar para poder subir, te aseguro que si la Vieja Guadia estuviera al frente tomaría la misma decisión." Me encabronaba que Adrián tratara de hacerse el inteligente suponiendo pendejadas, si la Vieja Guardia había prohibido darle mierda (droga) a los chavos de nuestro barrio, era porque ya habían visto como una generación entera se perdía en las drogas, la generación de la que salió Adrián, pero él era un verdadero hijo de puta, y no dudaba en envenenar a su propia gente con tal de sacar feria.

"Adrián, eres el jefe, pero la mierda la distribuimos afuera, no aquí... si veo al Diego dándole cagada a los morros...", "¿Lo vas a quebrar? Ja, Lover, el Diego es más cabrón que tú, acuérdate quién te quitó el puesto hace años... yo que tú no le jugaba al astuto o él te quebra a ti primero" "Ya veremos..."

Capítulo 49

viernes, 10 de julio de 2009

Laura tenía todo lo necesario para ser una mujer guapa. Era la típica rubia de ojos azules y de complexión delgada, aunque nada de esto valía porque estaba muy descuidada. Tenía manchada la cara, los dientes podridos, el pelo quemado y su postura la hacía parecer como que estaba jorobada. Además estaba desnutrida. Tonchaba de vez en vez y pedía dinero en diferentes avenidas.

Creíamos que vivía en el basurero del mercado, pero nadie estaba seguro. "Ira nomás Lover, que desperdicio... pero yo digo que con una bañada si la mejoramos ¿no crees?" "Ps quien sabe, ya está muy jodida, con la bañada nomás le quitamos lo mugroso, lo demás está difícil"

Era muy igualada, pensábamos que ya estaba loca por el toncho, por lo que le seguíamos la corriente. A veces, los del barrio entre broma y broma le decían que les hiciera un jale, a mi la verdad me daba miedo que me la fuera a arrancar de una mordida en alguna locura. No me fuera a dejar inservible.

Un día, después de un tiempo de no verla, llegó panzona, embarazada. No sabía ni quien era el padre. Tampoco supimos si tuvo al bebé en el basurero o en el hospital. Luego nos enteramos que había sido niña.

Laura no se veía triste ni contenta o preocupada. Ella seguía su vida normal, con los mismo vagos de siempre, durmiendo entre la basura. Quizá lo único que cambió fue que gracias a la niña le daban más dinero en los semáforos y con eso podía comprar toncho más seguido. A veces que me tocaba verla pedir dinero, se acercaba a los carros y comenzaba su ya bien memorizado discurso "es que no tengo para la leche de la niña, imagínese, le tengo que dar biberones con pura agua, por eso yo le pido una moneda o dos, mírela nomás, me llora a cada rato porque tiene hambre" Lo peor de todo es que lo que decía era la pura verdad. Una vez que terminaba con su palabrería les enseñaba a la niña, la cual era muy bonita, pues también era güera y de unos ojos azules muy grandes. Bien pudo haber sacado más dinero llevándola a hacer comerciales de niños Gerber.

La niña ya tenía como 1 año o 2 cuando me la encontré esa vez en la avenida de siempre. Se paró en la ventanilla del carro en frente del mío, comenzó con su discurso y en eso volteó a verme. De repente detuvo lo que estaba diciendo y se vino directo a mi. "Que pasó Lover, a ver cuando me das una vuelta ¿o qué?" "Chingao Laura, ya te la sabes, el día que quieras..." "Pos' amonos de una vez" Y le dio la vuelta al carro y se subió. "¿A 'onde me vas a llevar a dar la vuelta mijo?" "Te voy a llevar a un lugar bien chingón Laurita... vamos para el 14" "Noo pinche Lover, yo pensé que me ibas a llevar las nieves. Al 14 pos' si de allá vengo mijo" "Tengo unos bisnes pendientes, pero pa' la otra si te llevo" "Pa' la otra, pa' la otra, siempre dices lo mismo Lover, mijo píchate las nieves... o de perdis saca unas monedas ¿no?" "¿Para la leche de la niña?" le dije yo en tono irónico "Pa'que te haces pendejo Lover, ps pa' tonchar un rato, ya traigo calambres" "Pinche Laura, ya no le pongas a esa chingadera, te vas a volver loca" "Ya estoy...dicen" "Laurita, luego que pasó con la niña, no chingues reina, ve nomás como la traes, toda chamagosa." "Es que no la baño, luego se me enferma" "Agarra el pedo Laurita, ve nomás, la chamaca esta re bonita, cuidala..." Se le quedó viendo a la niña y me dijo "1,500" y yo le pregunté "¿1,500 qué?" "Pos, en eso te la doy, en 1,500" "No chingues Laura, como que la andas vendiendo" "Pos' si, 1,500; por ser tu te la dejo en eso, total, te gusta la niña ¿no?" "Sí, pues está bonita pero no por eso te la voy a comprar" "Mira Lover, la gente dice que estoy loca, y lo estoy, mejor llévatela, te la estoy dejando a buen precio... tu la cuidas, Lover la puede cuidar mejor que su madre la loca" "No, como crees Laura, tu eres su madre, no hay como la madre" "Ya ya ya, no digas pendejadas Lover, ¿la vas a querer o no?"

Durante unos instantes pensé en la niña, en la madre, en el triste futuro que les esperaba a las dos. Abusos, hambre, maltrato... ninguna niña merecía eso. La niña, aunque era la fuente de ingresos de Laura, terminaría siendo un estorbo. Quien sabe que clase de cabrón la podría comprar, que hijo de puta. Y de alguna manera yo podría cambiar eso, no podría ofrecerle lo mejor del mundo, pero sí lo mejor que yo tenía.

"Entonces Lover ¿se hace el bisne o qué?" "No Laura" "No seas pendejo Lover, llévatela, es más, si no tienes billete ahorita me pagas con una finanza, o me la pagas de a poco cada semana." "No Laura" "Lover, esta chiquilla bien cuidada le puedes sacar muchos centavos. Que yo me acuerde no estás trabajando a ninguna güerita, y los clientes pagan más por una güerita que por una prieta" "No mames Laura, no voy a regentear a la niña" "No, ahorita no, pero ya que crezca... le sacas buenos billetes, tu puedes cuidarla, yo no, si yo pudiera yo me la quedaba y luego haciamos bisne... pero me conozco, algún día me la roban y vale madre... nomás me va a dar coraje"

Bastante enojado me hice a un lado de la calle, paré el coche y le dije "No seas cabrona Laura, si no te pego unos putazos es nomás por que eres vieja" "Pégame cabrón, no tienes los huevitos" "No chingues Laura, ¿cómo quieres eso para tu hija?" "Estoy loca" "No te hagas pendeja, no estás loca, lo que pasa que no tienes madre... y al parecer la niña tampoco" "Pero puede tener padre... y tu no quieres" "No te voy a comprar a la niña" "Te la regalo... ¿cómo ves?" "Salte del carro Laura" "pero..." SALTE DEL CARRO" le grité con tanta furia que la niña comenzó a llorar.

Laura se salió y cerró fuerte la puerta. Abrazó a la niña y se me quedó viendo con una expresión de miedo y sorpresa. Por eso le decían "la loca"

Yo me quedé un rato dentro del carro con las manos calientes, la respiración agitada, con un nudo en la garganta y sin la niña. Sin ella.

Capítulo 48

miércoles, 1 de julio de 2009

Tengo la teoría de que hay personas que nacen para ser enemigos. No hay motivos, no hay razones, sólo enemigos y ya.

Todo empezó porque nos topamos en la misma fiesta. Me gustaba ir un poco mejor vestido que de costumbre por el simple hecho de que me gustaba bailar con muchas, amar a unas pocas y acostarme con una.

Entré a la fiesta y eché un ojo para checar el ambiente. Me senté en una silla y pedí una cerveza. Bien fría. Casi al lado de mí estaba Ever en otra mesa, con un par de matones y unas viejas. Una de ellas me volteó a ver, pero sinceramente no me llamaba la atención por lo que la ignoré. Luego Ever se dio cuenta de yo estaba ahí. Jamás en la vida nos habíamos visto pero mi teoría se comprobó. Él inclinó su silla un poco hacia conmigo puso su mano en mi nuca y me jaló suavemente como para decirme un secreto: “¿Te crees muy guapito verdad? te me vas a la chingada ahorita mismo o te reviento tu madre, no te quiero ver por aquí putito”

Quizá si su frase hubiera terminado en “… por aquí” no me hubiera molestado e incluso quizá le hubiera hecho caso y me hubiera ido. Pero me dijo “putito” y si había algo en la vida que me encabronara es que me dijeran “putito”, así en diminutivo. Le devolví el secreto: “me la pelas”

Ya en voz alta, Ever dijo: “quieres que te la parta en frente de todos o nos salimos.” “Aquí el único que va a dar show eres tú cabroncito” le contesté.

Cuando se paró me di cuenta que me sacaba un buen pedazo y estaba mamado. Por cuerpo fácil me partía la cara. Pero yo no estaba tan madreado y tampoco le tenía miedo “entre más grandotes más fuerte caen” me decía a mi mismo. Nos salimos y con nosotros una comitiva de chismosos. No voy a entrar en detalles, porque me puso una revolcada y mi chamarrita de cuero quedó como botas de ranchero: toda raspada.

Llegué al 14 y de volada me metí al cantón, no quería que la banda me viera todo madreado, pero de alguna manera Rito me alcanzó a ver. Tocó a la puerta y me hice el dormido. “No le hagas al pendejo Lover, te vi llegar” Le abrí la puerta. “Pásale Rito” Se quedó parado en la puerta y me preguntó: “¿y luego?” “¿y luego que?” “pues quien te puso esa madriza?” “Un pendejo” “pues ni tanto que mira cómo te puso, ¿sabes dónde trabaja o dónde vive?” “Sí mi Rito, pero me la partió legal” “Ya sé que te la partió legal Lover, mañana te guacho, hoy andas muy madreado”.

Al día siguiente Rito llegó por la tarde “¿A dónde lo vamos a ir a buscar, a la casa o al trabajo?” me dijo el Rito “A ninguno Rito, fue legal, me la partió duro”. Se quedó mirándome unos segundos y me dijo: “¿Sabes lo que te estás jugando Lover? El respeto Lover, el respeto… vamos a ir a donde está ese cabrón y le vas a partir la madre” y de repente ese coraje que mostraba Rito me llenó de orgullo. Me levanté y nos fuimos derecho a la plaza, ahí lo íbamos a topar.

En medio de toda la gente comenzó la bronca. Nos dimos duro. Za, za, un puñetazo por aquí, una patada por allá. Intercambiamos buenos golpes, aquello era una buena muestra de boxeo callejero...pero me la volvió a partir. Nomás faltó que Rito aventara la toalla. Si la humillación en la fiesta había sido grande, en medio de la plaza de mi propio barrio había sido el infiernillo. "Se la partió al Lover" escuchaba que murmuraba la raza. "Tsss le pegó sabroso"

Llegamos al 14 caminando, yo con una bolsa con hielo en la cara y el todavía el Rito me dijo: “mañana vas a ir a buscarlo otra vez y le vas a partir la madre” Yo me paré y me le quedé viendo “Oye Rito, ¿pos' de que se trata?¿ya estuvo bueno no? Ya van dos, el pelado está más grandote y trincado…” “Y ¿eso qué?” “Pues como tú no eres al que le parten la madre…” le contesté indignado. “Mi Lover… nomás es cosa de que le bailes, también se pelea con los pies, no nomás con los puños" eso fue lo último que dijo y se salió de la casa. No iba enojado, más bien iba confiado en mí.

Para entonces el barrio ya sabía del pedo, ese día Adrián se acercó, más en tono de chingar que de ayudar: “Ya me la supe mi Lover, que van dos a cero. Póngale atención al Rito… ahí como lo ves, Rito es cabrón” Si Adrián decía eso era porque Rito era chaparrito, delgadito y apenas uno se podría imaginar que era bueno para el trompo, como he dicho antes. “Te has ganado el respeto Lover, pero ese se pierde más fácil que una puta enamorada, ponte trucha, que el pasado nomás vale con el presente”

Y regresé al tercer día. Lo topé donde mismo, en la plaza. “¿Pero no aprendes cabrón? Ahí vienes otra vez por tu dosis” Dijo el Ever ya muy alzado y presumiendo en voz alta. “Así es como se pelea en el 14 Ever” le dije “¿Como pendejo?” me contestó. Y sin preámbulo para que empezara la pelea le solté un buen chingadazo en el hocico. El monstruo apenas se movió con el golpe, se puso en guardia y me tiró uno, yo comencé a moverme de un lado a otro, nunca me detuve en ningún lugar. Mis golpes no le hacían mucho, pero poco a poco lo fui mareando. “Deja de moverte maricón, pelea como los hombres” “Una cosa es como los hombres, y otra como pendejo” Y así fui dándole, poco a poco porque de un golpe seco no le hacia nada, pero él de un golpe si me tiraba. Ya con todo el hocico sangrado se me dejó ir como un toro. Justo cuando me iba a embestir di un paso para atrás y le di un puñetazo en la sien. Eso lo desequilibró, de volada le pegué un izquierdazo en la cara y con eso se fue al suelo. Ya tirado era otra cosa… como gato de espaldas. Le tiré una patada a las costillas, me alcanzó a agarrar del pie, pero como lo había sofocado me alcancé a zafar. Luego me le fui encima y a puro trompón en la cara. Uno, dos, uno, dos, uno, dos hasta que se molieran los puños. Ya no estaba en mis cincos sentidos, uno, dos; uno, dos; y la cara del Ever nomás se deformaba como de plastilina. Uno, dos; uno, dos hasta que alguien, no se quién, me quitó de encima. “Así se pelea en el 14 hijo de tu puta madre”

La piel de los nudillos la tenía desecha, entre los dedos tenía sangre y me temblaban los brazos… pero el respeto… ese ni quien me lo quitara.

Cuando llegué al 14 Rito ya me estaba esperando con un cartón de cervezas bien heladas. “Nomás era cosa de que le bailaras, ¿a poco no?”. Yo, que apenas si podía sostener la cerveza sonreí, le dije al Rito "eres cabrón" y le di un buen trago. El dulce sabor de la cebada apenas es superada por el de la victoria.

Capítulo cuarenta y siete

jueves, 25 de junio de 2009

- Pitus, carnal, dice el Adrián que hay que ir a cobrarle a los de Jarpis. Hazme esquina, ya sabes que a los de Jarpis les gusta hacerla de pedo por todo, y montonean.
- Pa' luego es tarde Lover, vámonos.

Quedamos de ver al Dario en la gasolinera, le dijimos que llevara el dinero y las cosas iban a ser fáciles. Pero a la gente le gusta la forma difícil.

Lo estuvimos esperando durante varios minutos y nunca llegó, así que tuvimos que ir a buscarlo a su casa. Yo creo que quería que lo fueramos a buscar precisamente a su casa. Llegamos, tocamos la puerta y nadie salió, tocamos más fuerte y yo vi que alguien se asomó por la ventana, al parecer era la hermana del Dario. Total, se hizo mucho del rogar pero por fin avisó que salía.

Nosotros nos regresamos para el carro, ya era mucho estarlo esperando todavía de pie, prendimos el estéreo y platicamos cualquier pendejada. Un rato después baja el Dario y se acerca a mi puerta, con un movimiento ágil se lleva la mano atrás, saca un cuete y me lo pone en la pierna.

- Miren hijos de su puta madre no quiero que anden viniendo a mi casa a cobrar unos pinches pesos...
- Unos pinches pesos que no tienes Dario
- Cállate cabrón que te suelto un plomazo, lárguense que no les voy a pagar ni madres.

Yo no me asusté para nada, Pitus menos, nos volteamos a ver con cara de "a estos pendejos siempre les gusta la manera difícil", suspiré para aguantarme el coraje y lo volteé a ver a los ojos.

- Dario, no seas baboso y guarda tu pistolita... no te vayas a meter en problemas
- Cállate o te vuelo el pito pendejo.
- Guardalo te dije
- A mi no me des órdenes.
- ¡Oh que la chingada pues!

Abrí las piernas rápidamente mientras con un movimiento agarré el cañon de la pistola para mantenerlo en el mismo lugar, de esta manera la pistola ahora apuntaba hacia el asiento, si disparaba el agujero quedaba en el carro, no en mi pierna, luego Pitus se bajó, Darío trató de arrebatarme la pistola, no pudo y decidió hacerle frente a Pitus. No era rival para él, ni mucho menos, Pitus lo abarató de volada. Lo trepamos al carro.

- Dario, no mames cabrón, es que ¡no mames! no había por que ser pendejo
- Cállate puto, nomás porque venía el Pitus que si no te hubiera volado el pito, cabrón, ¡el pito!
- Pinche perro, a los perros se les trata como lo que son. Encuérate.
- ¿Qué? pinches jotos...
- Encuérate y yo si le jalo al gatillo.

El Darió se encueró, en una ferretería compramos una cinta para ductos y un pedazo de cuerda, le enrollamos las manos con la cinta, para que parecieran patas de perro y lo amarramos a un poste cerca de donde se juntaba su gente.

- Ladra
- No, no mamen wey...
- Ladra
- Ya wey, ya estuvo, si les voy a pagar...
- ¡Que ladres hijo de tu perra madre! - le grité mientras lo azotaba en la espalda con un pedazo de cable que traía suelto en el carro.
- ¡Ay! no mames cabron, no mames...
- Los perros no hacen ¡ay! pendejo - y le solté otro chicotazo.
- ¡Wey! ¡ya! les voy a pagar, es más... vamos ahorita por la feria y... ¡ay! ¡ay!
- Que los perros no hacen ¡ay!, ya te dije...
- Lover, ya me cansé, dale un tiro y ya - dijo Pitus.
- No wey, por favor, Pitus, aguanta... saca la feria de..
- ¿De tu cartera? pinche miserable nomás traías 300 pesos, y ya lo hice - dijo Pitus.
- ¿Le vas a hacer como perro o le hago caso al Pitus?
- No wey.... ¡ay!.... ya pues ¡ay!, ¡ahhh! ya, ya ¡ay! ya no me pegues... gu... gua... ¡guau! ya, ya ladré cabrón, ya.
- Muchas veces, ladra como el perro que eres.
- No pero... ¡ay! ya... pues... ¡guau! ¡guau! ¡guau!
- Más
- ¡guau!¡guau!
- Más o menos, te vas a tener que quedar a practicar tu ladrido hasta que me convenza.

Lo amarré bien del poste al cuello, debido a que las manos las tenía llenas de cinta no podía desamarrarse, le di unos latigazos en las nalgas pelonas y lo dejamos ahí encuerado ladrando como perro. Como el perro que era.

Capítulo 46

miércoles, 17 de junio de 2009

La seguí viendo, pero ya no en el Parián. La segunda vez que la vi fue porque la fui a buscar a su casa. Me abrió su hija, como que yo no le agradé en ese instante pues fue a buscar a su madre con no muy buenos modales.

La invité a salir, pero ella no podía porque no tenía con quien dejar a sus hijos. Le dije que nos los lleváramos por una nieve. Ella aceptó con gusto.

Y así nos vimos otras tantas veces, a veces con los niños y a veces sin ellos. Trabajaba medio turno y obtenía dinero cada mes de la pensión de su difunto esposo. No era la gran cosa pero no tenían necesidades.

Aquello era muy extraño, no sé porqué le dije mi verdadero nombre, pues aunque mucha gente lo sabía sólo a mamá Juanita (qepd) y Elizabeth les permitía que me dijeran así. Ahora a ella también… y a los niños que comenzaban a tomarme cariño.

Me contó del tipo que la había dejado sola en el Parián, me dijo que lo había conocido en el trabajo. Le pregunté en dónde trabajaba. Fui un día y ubiqué al tipo y me fijé que carro manejaba. Fui al segundo día y lo esperé en su carro. Le pegué sabroso, y el tipo como costalito de box, ni las manos metía. Me pidió perdón y le dije la frase como de película que tanto me gusta: “perdón nomás se le pide a Dios, a mi pídeme caridad y a ella pídele disculpas”. Se creía muy guapito, nomás por eso le tumbé tres dientes. Ella se enojó conmigo… o hizo como que se enojó porque por dentro le había gustado.

Uno de los días que habíamos podido salir solos y que íbamos regreso a su casa, ella me dijo “da vuelta a aquí”. No pensé en nada, tan sólo obedecí las órdenes.

Seguí manejando con las instrucciones que me daba hasta que por fin llegamos hasta el motel que habíamos pasado el primer día que la conocí, cuando la habían dejado sola en el Parián. Dijo que nos metiéramos. Y yo ¿qué otra cosa podía hacer más que obedecer órdenes?

Entonces comprendí porque ella era tan joven y tenía dos hijos. Se movía como diosa. El cabrón de su difundo marido no podía tener tanta suerte, por eso se murió pronto. Ella sabía que era lo que querías, cómo lo querías y durante cuánto tiempo. Duramos alrededor de una hora y media pero más por méritos de ella que por los míos. No sé que fue lo que hizo para que la cosa durara por tanto tiempo. Jamás me había sucedido algo tan grandioso. Con otras mujeres hice el experimento de comer lo mismo que aquel día, para ver si duraba lo mismo. Llegué al extremo de hacer exactamente lo mismo, levantarme a la misma hora, comer a la misma hora, la misma comida e incluso llevarlas al mismo motel. Jamás logré algo parecido.

Cuando terminamos después de esa larga jornada, busqué un cigarro en su bolso, pero no traía, por lo que me quedé mirando como un tonto hacia el techo. Ella recostada en mi pecho y los dos en silencio. Hasta que todo se derrumbó. Me dijo que me amaba, que no había encontrado a alguien como yo. Que daría todo por mí.

Me asusté, así fueron las cosas: me llené miedo. La llevé a su casa, le dije que iba por unos cigarros, que volvería. No lo hice, me fui para el 14 y no regresé. Pero al menos yo si la había dejado en su casa. Al menos yo, sí pagué la cuenta.

Capítulo cuarenta y cinco

lunes, 8 de junio de 2009

Mamá Juanita siempre había sido muy religiosa. No había domingo que faltara a misa de 7. Si yo iba era por estar con ella, por el respeto que le tenía pero jamás a escuchar el sermón de alguien tan pecador como yo.

El padre Alejandro tenía bastantes años en la parroquia y por eso mamá Juanita lo conocía muy bien. Se quedaban harto rato platicando de la comunidad. A veces ella le ayudaba en los arreglos de semana santa o alguna otra festividad. El padre, por su parte, nos estimaba, me preguntaba de la escuela y me decía que entrara al seminario. Dios me libre.

La misa por el funeral de mamá Juanita fue la última vez que me paré en el templo, y después poquísimas veces vi al padre Alejandro, puras casualidades.

Un día el Adrián me habló para llevar un encargo: "pícale Lover, lléva a esta chamaca a tal dirección". Yo me le quedé viendo, la chamaca no parecía ser mayor, por eso me le acerqué al Adrián y le dije en voz baja "¿que pasó Adrián? ¿no que no manejabámos MP? (por aquello de Ministerio Público)" "Mira Lover, no tengo por que darte explicaciones, nomás que hoy ando de buenas... este es un encarguito especial, así que deja de hacerle al huevón y llévala"

La trepé a la bici y fui a la dirección del papelito. No estaba muy retirado, de volada llegamos al domicilio, aquella era una casa grande, no muy suntuosa pero grande. Creí que era de algún politiquillo, algún riquillo aburrido de la esposa.

Toqué un par de veces, hasta que por fin alguien se acercó a la puerta. Desde dentro preguntaron "¿Quién es?" a lo que respondí "Vengo con su encargo, de parte del Adrián". Se abrió la puerta de golpe, como quien está emocionado por recibir un regalo, la regordeta figura salió a la calle y nos quedamos viendo unos segundos sin decir palabra por la sorpresa.

El cliente era el padre Alejandro. Vestido con una camisa azul y un pantalón negro de todos modos tenía la finta de sacerdote. Los nervios y la sorpresa provocaron que el padre soltara una risilla, puso sus manos sobre la chava y la pasó delicadamente a su casa mientras las perlas de sudor brotaban de su frente, no sé si por los nervios de estarme viendo o por las ganas que le traía a la chamaca.

"Qué milagro Lover ¿todavía te dicen así no? No sabía que trabajabas para el Adrián" me dijo en un tono como de reclamo, según él para agarrar el sartén por el mango, para recordarme a mamá Juanita. "Sí, todavía me dicen así padre Alejandro... no sabía que usted era cliente del Adrián" le contesté haciéndo énfasis en "padre" y demostrándole que el que lo tenía por los huevos era yo. "Ya ves Lover, chamaco, no lo tomes a mal, estás chavo y a lo mejor no alcanzas a comprender este tipo de cosas... esta vida no es fácil y es mejor pagar por pecar que hacerlo así nomás ¿no crees?" Me dijo a manera de disculpa barata. "Si usted dice... paso al rato padre, nomás no me la despeine mucho" "Cuídate hijo, te vas a llevar buena propina" Se despidió levantando la mano y pude notar un ligero temblor. No eran nervios lo que traía el viejo.

Regresé en una hora, pero se tardó todavía media hora más. Por fin salió todo agitado y sudando como el cerdo que era.

"Trabajan muy buen material eh Lover" me dijo mientras pellizcaba la mejilla de la chava quien se estaba arreglando la ropa por las prisas. "Pa' cuando guste padre, ahí estamos a la orden" Luego se acercó y me djo al oído "Ahi te van unos buenos centavos Lover, las chamacas que manejan... ¿saben guardar secretos?" "No se preocupe, ellas saben como funciona este jale" "Bien, muy bien... un último favor Lover, ya sabes que a los feligreses no les gustan los escándalos y pues..." "Yo tampoco voy a decir nada padre, es la primera regla del bisne" "Muchas gracias y que Dios te bendiga". Cuando nos íbamos le dio una nalgada a la muchacha. No recuerdo haber visto en otro cliente un gesto de esos.

Capítulo 44

martes, 2 de junio de 2009

No recuerdo si ya he contado antes de Rito. De cualquier manera Rito merece ser recordado cada que se tenga la oportunidad.

Él era de un estado vecino, tenía familia aquí en el Barrio 14 porque su hermano se había venido a trabajar para acá desde muy chico. Rito era una leyenda, era de la misma generación del Adrián, sólo que él trabajaba la mayor parte del tiempo en su pueblo, nomás por eso el Adrián había llegado alto, porque el que movía todo el bisne era él. Por eso cada que Rito se venía para pasar un tiempo en el barrio, traía un hervidero por todos lados.

Si no lo conocías dificilmente te imaginabas que ese pedazo de hombrecito fuera capaz de armar tanto desmadre. Yo creo que apenas llegaba a medir 1.60 m, no pesaba más de 60 kilos, morenito, usaba un bigote bonachón y era siempre muy amable.

Yo lo conocí chavo, cuando todavía vivía mamá Juanita que en paz descance, y por alguna extraña razón desde el principio le caí bien, quizá le di lástima. Nunca le escuché decirle a alguien más los consejos que a mi me daba: "Mi Lover, usted no le vaya a entrar a esas chingaderas de la mota, si alguno de estos cabrones le ofrece me dice, para ir a ponerle una chinga", "Que pasó chamaco, ¿ya se puso a estudiar?, primero el estudio y luego el bisne", o cuando me decía: "Lover, te traje unos elotes, están bien tiernitos, los corté allá en el rancho". Eso era bien diferente, a los otros chavos nomás les decía "muchachos pendejos, en vez de fumarse la mercancía vayan a venderla.. ¡órale huevones! a hacer varo" Quizá por eso mismo yo no lo respetaba como todos los demás, yo no sabía hasta donde era capaz de llegar... ni me lo hubiera imaginado, yo nomás pensaba que era un don a toda madre.

La primera vez que me puse a pensar de verdad en el respeto que le tenían ya estaba yo algo grande y claro, bien metido en el bisne.

Resulta que cerca de la vecindad, sobre la misma calle, habían llegado unos nuevos vecinos. De seguro los cabrones no sabían a donde habían llegado y mucho menos conocían a la banda y a los que había que guardarles respeto, por lo que el hijo mayor de esa familia llegaba todas las noches fanfarroneando en su carro, con el sonido a todo volumen. Típico farol de barrio, que ya por salir quemando llanta en un carro con rines, sonido y usando lentes creen que son los pachucos del lugar, los chichos. Llevaban apenas un mes, y ya nos caían gordos, pero como relativamente no se metían con nadie, tampoco nosotros lo hacíamos.

Cierta noche que iba yo llegando a la vecindad, deje el carro mal estacinado pues me había detenido a platicar un rato con la banda que estaba ahí afuera. Rito estaba como a unos 10 metros cortejando a una de las gordas pirujas, a él le encantaba jugar a que las cortejaba, además que como dije, era siempre muy amable.

En eso llegó el tipo este con el sonidazo y al ver que no alcanzaba a pasar porque mi carro le estorbaba comenzó a hacer rugir su motor, no sono el claxon, no hizo señales con las luces, el señor pachuco comenzó a hacer rugir su motor mientras se medio asomaba por la ventana volteándome a ver. Yo ni me molesté en decirle nada, simplemente me subí al coche y lo moví para que alcanzara a pasar, justo cuando tuvo el espacio mínimo suficiente para hacerlo el tipo quemó llanta y salió disparado hasta frenar escandalosamente frente a su casa, apenas unos metros adelante de la vecindad.

Rito vio toda la acción, luego Pitus me dijo: "no te hubieras quitado para que se le quitara al hijo de la chingada... a la próxima lo reventamos", y yo le contesté "ese cabrón no vale nada Pitus, ya se dará el momento para demostrarle con quien se mete".

Entonces Rito sin voltear a ver a nadie murmura "hijo de la chingada" y con paso firme se acerca a la ventanilla del tipo este mientras le dice "a ver hermano, espérame tantito". Que Rito se moviera fue suficiente para que todos los que estabamos en la calle no hicieramos otra cosa más que estar atentos a la situación.

Cuando por fin llega hasta el auto, una vez que el tipo había abierto el portón de la cochera para meter su carro y regresado al mismo, Rito le dice "Amigo, no andes circulando tan rápido por esta calle, hay niños jugando y puedes provocar un accidente" a lo que el tipo responde "yo circulo como se me de la pinche gana". Rito era de mecha corta por lo que se prendió después de esa frase "A ver hijo de tu pinche madre, vamos poniendo las cosas bien en claro: primero le bajas a tu pinche ruido", "mire ruco, es mi carro y yo le trepo lo que se me antoje", parecía que de un momento a otro Rito iba a explotar y mientras todos esperábamos los madrazos al estilo de las buenas películas de acción dónde sacan al insolente del carro a través de la ventana, Rito se le quedó viendo unos segundos, por un pequeño instante bajó la mirada como para encontrar las palabras adecuadas y lo vio directo a los ojos: "Mira, se me hace que no nos hemos entendido..." el pendejo lo interrumpió "mire ruco, usted no sabe quien soy yo..." y Rito lo interrumpió también agarrándolo del cuello de la playera y jalándolo violéntamente para con él "ni tú tampoco sabes quien soy yo cabroncito, entonces estamos parejos pero no somos iguales...lo que te estoy diciendo es que vas a apagar tu ruido, te vas a dar en reversa hasta la esquina y desde allá te vas a venir muy despacio, vas a guardar tu carrito y sin hacer un pinche ruidito, escúchame bien cabrón que ya se me secó la boca, sin hacer un pinche ruidito te vas a meter a tu casa y te vas a dormir." Esa última mirada de Rito era poderosa, convincente, pesada, temible. En la vida he visto esa mirada otra vez. Luego dijo: "¿OK?" hubo un pequeño silencio y repitió fuerte "¿OK?", el pendejo del carro respondió afirmativamente con la cabeza, Rito dio un paso hacia en medio de dos coches estacionados y el tipo puso en reversa su carro y siguió al pie de la letra las instrucciones de Rito. La escena era por demás graciosa, el bato todo temeroso en su carro como a 10 km por hora en medio de toda la banda. Si nadie se burló del tipo fue porque todos estábamos más atentos a la pequeña humanidad de aquel gran cabrón, Rito, que del pendejo del coche.

Luego Rito se me acercó y todavía algo enojado me dio una palmada en el hombro y me dijo: "Respeto Lover, respeto... hay que enseñarle a esos cabrones como son las cosas en el Barrio 14"

Partió rumbo a la vecindad, algo le dijo a la piruja gorda y se escucharon sus risas, se metieron al departamento. Era hora de ganarse el respeto de aquella mujersota.