Capítulo treinta y siete.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Doña Pina tenía 37 años y dos hijas, una de 15 y otra de 13. Era una de las tantas prostitutas que trabajaban para el Adrián. Llevaba tres días indispuesta, al principio creimos que era por "la enfermedad de todas las mujeres" pero de todos modos se nos hizo raro que no saliera a trabajar a su esquina. Adrián estaba molesto con la situación porque estaba perdiendo dinero así que me mando con Doña Pina, o mejor dicho con "Esmeralda" para ver que estaba pasando.

Cuando llegué a la puerta de su casa toqué no muy fuerte para no intimidar ni ser grosero, porque ante todo mientras estuviera en su casa era una dama. Toque varias veces y nadie abría ni contestaba, después a la cuarta vez escuché que alguien se acercaba a la puerta y en tono molesto gritaba "ya voy, ya voy".

Esmeralda con los ojos hinchados y el rimel escurrido me abrió la puerta. Al ver que era yo y no Adrián trató de cambiar su expresión por una más amable y me dijo:

- Lover, eres tú, pensé que eras Adrián.
- No Esme, soy yo... pero de todos modos, como si fuera el Adrián.
- Ah... te mandó él.
- Sí Esme, quiere saber que pasa con la chamba.
- ¿Pues qué pasa de qué?
- Pues no has hecho guardia en tu lugar.
- Ah... eso... es que... ahorita no puedo trabajar... cosa de mujeres.
- Esme... sabes que yo te respeto, y tú sabes que no es por eso.
- Tú que vas a saber chamaco...
- Mira Esme, ya sabes como es Adrián y si le digo eso no se la va a tragar, mejor vamos hablando bien y yo te echo la mano...
Se quedó pensando un instante y luego dijo - Pásale pues...

Su casa no tenía muchas cosas pero lo poco que tenía estaba bastante ordenado y limpio, me invitó a sentarme y me ofreció algo de tomar, para devolver la hospitalidad yo le ofrecí algo más:

- ¿Quieres un churrito Esme?
- Te voy a aceptar uno... para destensarme

Lo encendió, le dió la primera calada y dejó que la hierba hiciera lo suyo.

- A ver Esme, ahora sí... que pasó.

Ella buscó las palabras y después de un instante de silencio comenzó.

- Ya me cansé Lover... ya me cansé de todo esto. ¿Sabes cuánto tiempo llevo haciendo esto? Desde que tengo 13 años y ya no puedo Lover, ya no quiero.
- Esme... aquí en el barrio no trabaja ninguna menor de 18 años, Adrián siempre se ahorra problemas con la tira.
- ¿Y quien dijo que yo trabajara aquí? No Lover, yo soy foránea. Soy de Veracruz.
- ¿Ah sí? no sabía Esme...
- Desde los 13 años trabajo en la esquina, en el talón. Vine para acá tratando de huir de todo eso, pero aquí en la ciudad la vida es dura. No terminé ni la primaria, estaba sola y no podía encontrar un buen trabajo, tampoco tenía donde vivir. Tuve que hacer lo único que sabía hacer: talonear. Así conocí a Adrián. Y así comencé otra vez en esto. Una puta.
- Esme... pero bien o mal aquí no te falta nada. Tienes amigos, ganas un buen dinero y tienes donde vivir... es mejor que estar en la calle.
- Que sea mejor que algo más jodido no significa que sea bueno Lover. Además... llevo tanto tiempo sola
- Ya encontrarás a alguien Esme... eres muy buena persona y además... todavía estás de buen ver.
Soltó una risa y me respondió - Ay Lover... que cosas dices ¿quién va a querer a una puta? dime quién... he tenido a tantos... pero el corazón no se renta Lover.
- Tu con calma Esme... vas a ver que va a llegar el bueno.
- Uno bueno... uno que no me pague, que no sea por una hora, que no me diga "princesa" por unos billetes... estoy cansada de todo eso.

Fumó de nuevo el cigarro de hierbamala, los ojos se le ponían rojos... no supe si de tristeza o por la fumada. Nos quedamos en silencio y me levanté con dirección a la puerta.

- ¿Qué le vas a decir al Adrián?
- Que el corazón no se renta...

Soltó una leve sonrisa y yo salí con dirección a la casa de Adrián.

- ¿Que pasó con la puta esta?
- Tiene infección.
- ¿Y eso que chingados importa? ni que fuera a venir salubridad a revisarnos.
- Yo le dije que estaba bien, que trabajara hasta que se curara.
- ¿Eres pendejo Lover o nomás me quieres hacer encabronar? ¡Piensa en el negocio! ¡Estamos dejando ir mucho billete!
- Si le ofrecemos mala mercancía a los clientes se van a espantar y vamos a tener que agarrar a puro cabrón sin dinero que no va a querer pagar el servicio o nos van a querer pagar una chingadera. Piensa en el negocio. Hay que cuidar la mercancía.
- Puede que tengas razón Lover... te me vas como cuete a la farmacia y te compras las medicinas que necesite para que trabaje lo antes posible. Chingado, si ese era el problema haberme dicho antes. Yo pensé que ya andaba con esas pendejadas de sentimentalismo que les pega a las putas... esa chingadera se contagia como virus.

Capítulo 36

jueves, 7 de agosto de 2008

- Mira mi chavo, te quedaron 5 materias y así te van a retener el semestre, ahorita estamos cobrando 500 pesos por materia.
- Está muy caro Lover, haz una rebaja... de compas.
- No es nada personal carnal, pero negocios son negocios.
- Lo que pasa que no alcanzo a juntar la feria, me alcanza para tres materias.
- Pues entonces vas a tener que estudiar para pasar dos extraordinarios.
- ¿No hay manera de un descuento o de pagar en abonos? ya sabes que a mi no se me da eso del estudio.
- Mira "Tavito", tu me caes bien aquí la bronca está en que tengo que reportarme con el maestro y si te hago un descuento pues no le saco nada.
- Chale....
- O es más, vamos haciendo esto, te agarro una "finanza" para que completes lo que te falta. ¿Tienes "finanzas"?
- Pues... ahorita no he agarrado nada.
- El otro día te vi en una patineta ¿está buena?
- Sí mi Lover, pero esa vale un billete.
- ¿Cuánto crees que vale?
- 1,500, la tabla esta buena y las llantas son nuevas, de marca.
- A mi ni me gustan esas chingaderas, pero te la tomo en 800 pesos.
- Cómo crees Lover, me estás chingando con mucha feria.
- Lo que pasa que no me gusta estar batallando para sacar las finanzas... o si no te conviene pues a estudiar mi chavo.
- 1000 pesos y vámonos recio.
- 800, ni un peso más, si te animas me la llevas en la tarde a la casa, porque mañana quien sabe si suba el dolar. Sale, el que sigue.
- Que pasa Pedrito, pásale.
- Lover ¿cómo va el comité?
- Pues aquí echándole ganas, y ¿pa' que soy bueno?
- Fíjate que me quedaron 4 materias, y quería ver si me las pasabas.
- Mira Pedrito, ahorita estamos cobrando 500 pesos por materia... 2,000 pesos y despreocúpate. - No chingues Lover, eso es usura.
- No es usura Pedrito, es soborno, y así está el bisne.
- Mira Lover, aquí el asunto está en que tengo unos conocidos pesados en las oficinas y me dijeron que me podías pasar las materias
- Si puedo, mientras reciba mi pago.
- Creo que no me estoy explicando Lover. Tengo buenos contactos y no vengo a pagarle a nadie, nada más quiero que me hagas el trámite, no busco problemas.
- Mira Pedro, a mi me vale madre si eres hijo del mismo cardenal, mi negocio se maneja con esas cuotas y no hay rebajas ni concesiones. Dile a tus contactos que ellos te hagan el trámite.
- No Lover, no me entiendes. Ellos no se meten en este tipo de bisnes pedorros, ellos se van a lo grande. Yo nada más vengo a que me hagas el trámite y ya.
- Pues lamento decirte que no soy tu secretaria y si no pagas no pasas. Es más, me acaba de llegar un fax donde la cuota subió a 800 pesos por materia.
- No te pases de listo Lover...
- Tienes sólo hoy para pagar a 800 pesos, para mañana te voy a cobrar 1,000. Que pase el siguiente.
- No te la vas a acabar cuando...
- ¿Cuando sepa quienes son "tus contactos"?. No seas pendejo Pedro, yo no soy el que tiene que saber quienes son "tus contactos", eres tú el que debe investigar a los míos. Pásale Perlita, aquí Pedro ya se iba.
- Ya nos veremos las caras...
- Ojalá que no. En fin... Perlita en que te puedo ayudar.
- Pues lo mismo que todos... las materias.
- ¿Qué pasó Perlita? ¿a poco tu repruebas?
- Me falló un poquito este semestre.
- ¿Cuántas?
- Siete.
- Ay cabrón! pues se me hace que reprobaste más de las que metiste.
- ¡Ay que sangrón!
- Era broma Perlita... pues están saliendo en 500 pesos las materias.
- Híjole, esta muy caro... ¿no hay un descuento?
- Lo que pasa que tengo que darle mochada a los profes, y luego no sale para el taco.
- Híjole Lover... ¿pues cómo le hacemos?

Me paré de mi asiento y me dirigí a la puerta. Todavía había tres esperando su turno para pasar.

- A ver chavos, ya es hora de la comida les platico rápido: la cuota de recuperación y gastos administrativos para pasarles la materia es de 500 pesos, échenle cuentas y mañana se vienen con la feria. No hay descuentos.

Los tres chavos se fueron y yo regresé a mi oficina. Cerré la puerta con cuidado y cerré las cortinas mugrosas. Prendí el viejo ventilador ruidoso para que no se encerrara el calor y también para que no se escuchara tanto hacia afuera.

Jamás hubiera imaginado que el escritorio fuera tan amplio.

Capítulo treinta y cinco

miércoles, 30 de julio de 2008

- Sabía que lo harías bien Lover, traes un hervidero por todos lados, andan diciendo que tienes huevos de hierro.

- Supongo que mi deuda contigo ya casi está pagada.

Le dio una fumada a su puro para contener el coraje de que le haya contestado de esa manera tan fría.

- No mi Lover, con eso apenas me pagaste el 20% de lo que me debes. Todavía tenemos mucho trabajo y todavía tienes mucho que pagar.

- Sería mejor que me hagas la cuenta bien Adrián, para saber cuándo voy a terminar de paga, cuentas claras amistades largas.

Otra calada más a su puro y se reclinó sobre su escritorio improvisado. Tomó su pluma y en una servilleta hizo la cuenta. Le dio una última mirada y me la acercó con la mano.

- Eso es lo que me debes Lover, ahí está el descuento por el jale del otro día.

- Se me hace que me estás cargando la mano Adrián.

- No Lover, cuentas claras.

- ¿Tienes más jale? Me gusta pagar mis deudas pronto.

- Que no se te suba tanto Lover, apenas te echaste a un pichón y ya te sientes muy gallo. No pierdas el suelo.

- Para nada mi Adrián, es sólo que no me gusta deberle a nadie.

- Yo lo sabía mi Lover, dentro de ti hay un gran cabrón, pero a tu edad mi cuenta era de 7 difuntitos. Tienes mucho que aprender y con la práctica se mejora la técnica. No se te olvide. Trabaja conmigo y vamos a explotar tus habilidades.

Aquella frase tenía dos sentidos: en uno me estaba felicitando por mi trabajo y hacía evidente su deseo de trabajar a mi lado, me reconocía. Pero por otro me estaba advirtiendo que él tenía más colmillo que yo y que no me sería tan fácil. Por último en su invitación a trabajar con él me advertía que de lo contrario me aplastaría. No te preocupes Adrián, en mis planes no está llenarme de enemigos de tu calibre, sería cazado muy rápido.

Capítulo 34

viernes, 25 de julio de 2008

Esa noche no pude dormir. No quise dormir. Cada que cerraba los ojos se me venía esa imagen: él me voltea a ver a los ojos con una sonrisa que se apaga drásticamente mientras el impacto de la bala calibre 45 revienta en su pecho. Por un instante sabe que moría y no alcanza a preguntarme ¿por qué?, yo les respondo la pregunta que no hace con la segunda bala pero entonces es ya solo un pedazo de carne que va cayendo en cámara lenta. Todos me voltean a ver, decenas de pares de ojos se inyectan de sangre y sus rostros de terror. El rugido del cañón los paraliza a todos, pero mis oídos se vuelven sordos para no interrumpir al cerebro. Primero mis piernas son muy pesadas, me cuesta levantar la primera para echarme a correr, el segundo paso es más sencillo y para el tercero soy tan ligero como el viento. Pero la escena se repite de nuevo desde el principio.

Por eso ya no quiero dormir.

Al otro día, bajo la luz de la mañana me quité la ropa. Necesitaba un baño para poder despertar. Deseaba que al salir de la regadera estuviera allí mamá Juanita, esperándome para desayunar unos huevos a la mexicana que tan ricos preparaba. Que todo desde hace semanas hubiera sido un sueño. Pero cuando salí de la regadera sólo vi basura sobre la mesa. Me acerqué hasta la cama aún sin secarme y me tiré en la cama perdido mientras observaba el pantalón que me había quitado apenas por la mañana. Luego miré esos pequeños puntos. Levanté el pantalón y lo observé de cerca. Eran gotas de sangre. Me dieron ganas de vomitar y lancé el pantalón hasta la esquina.

Si seguía con ese tormento ninguna muerte habría valido la pena. Si moría de sobredosis, si me suicidaba, si me asesinaban o si moría de tristeza entonces me habría condenado por nada. No podía seguir así. Era hora de salir del capullo. Adrián quería un Lover, el Barrio 14 necesitaba a Lover. Pero ¿estaban preparados para eso? Nadie podría robarme mi gloria, nadie podría decir que ellos crearon a Lover. Con apenas 15 años encima tenía todo el futuro por delante.

Y totalmente solo, con las gotas de agua aun evaporándose de mi cuerpo lo decidí: no habría nadie que me detuviera, no habría jamás nadie por quién detenerme, y todo el Barrio 14 con orgullo diría: sí, Lover salió de este lugar y voy a contarte su historia.

No se fracasa si existe un comienzo.

Capítulo treinta y tres

lunes, 14 de julio de 2008

Por supuesto que las habladurías de Adrián no me había convencido de nada. No lo haría por ganar prestigio, nunca lo hubiera hecho por eso.

Lo hice porque Adrián tenía mi palabra. Si había algo que valía de mí en este mundo era mi palabra y desde antes ya me había forjado la idea de que mis promesas se cumplirían a toda costa, sin importar las consecuencias. Era precisamente aquello lo que hacía que pensara muy bien las cosas, que midiera mejor las consecuencias.

Siempre he creído que jurar es para cobardes que no tienen el coraje para cumplir su palabra. Jurar es como amarrarse una piedra a los pies y decir: si no puedo volar, entonces me lanzo al río para morir. El que tiene el suficiente coraje no necesita de la piedra y si no logra volar se lanza al río y no intenta nadar, se deja hundir por propio peso hasta el fondo. La piedra te hunde con su peso y la cuerda te impide llegar a la superficie aunque nades ¿entonces dónde esta el valor? En cambio una promesa requiere todo de ti.

Prometí pagar y lo haría.

Saqué el revolver .45 Era el arma más segura que tenía. No se encasquillaba y sería casi imposible que sobreviviera a un boquete del tamaño que deja. Cacha de marfil, cañón de acero cromado. Me quedé sentando en mi cama admirando aquella pistola que en unas horas cortaría las últimas cadenas que me mantenían aferrado al cielo y que trozadas me daban el pase al infierno.

Pitus se ofreció en secreto a hacer el trabajo por mí, a manera de justificación dijo que estaba yo muy pendejo para ese trabajo. No quería que me condenara. Le di las gracias y le dije que eran cosas que yo tenía que hacer. Me dijo que no era necesario, que nadie se daría cuenta. Una vez más le di las gracias y le dije que lo haría yo. Me dijo que pusiera la mano rígida como tabla para que pudiera disparar más rápido la segunda bala.

Encontrarlo fue sencillo. Alguien con un carro tan arreglado y con la música a tan alto volumen no puede pasar desapercibido. Lo difícil sería agarrarlo sólo o en su defecto tener espacio para correr y esconderme. Opté por lo segundo.

Ocho balas. Dos para el objetivo. Seis para quien se interpusiera. La calle que hacía cerrada era perfecta. Mejor aún porque las cuadras eran pequeñas así que podría dar vuelta por muchas para perderlos. Tenía que dejarlos atrás por 5 cuadras para luego llegar a San Alfonso que era tierra de nadie. De ahí tomar taxi en la avenida y bajarme en Cabañas 13. De Cabañas 13 contactarme con el Loncho que me llevaría al Barrio 14 por las calles que parecían laberinto.

Bang. Bang. La mano esta vez no se fue para atrás, como había dicho Pitus y fue más rápido disparar la segunda bala. Aunque con la primera había sido suficiente. Gritos de las mujeres, maricones escondiéndose y hombres buscando sus pistolas. Corre hacia la esquina mas cercana, da vuelta ahí y ve paso rápido cubriéndote con los carros, manten esa velocidad y no voltees. Se escuchan los balazos detrás, el corazón comienza a latir tan rápido que sientes que se te va a salir del pecho o que va a explotar, es hora de saber si tienes nervios de acero. Deprisa, vuelve a dar vuelta. Ahora la imagen de la victima en tu cabeza una y otra vez, así es como te miraba mientras jalabas el gatillo, es extraño ¿no?. Corre, no voltees o te atrapan. La sirena que escuchas es de un accidente en la avenida, no vienen por ti, la paranoia te puede cegar. Cuidado, se escucha un carro detrás de ti, ¿ves esa casa? será mejor que brinques esa barda o te dejarán como coladera. Bien, sigues siendo ágil como cuando subías árboles. Por la azotea ahora, cuidado con el perro, gruñe demasiado. Bang, era necesario, el perro te demoraría. No pares, no pienses, no calcules. Corre y sólo corre. Te están viendo los de la tienda de abarrotes, pero tú no voltees a verlos, sigue el plan. El carro acaba de cruzar la calle que está detrás de ti, si te vieron estarán pisándote los talones en menos de un minuto, pero si le dieron la vuelta a la cuadra te estarán esperando en la siguiente calle. Entonces ¿Atrás o adelante? Juégatela y sigue derecho, aún tienes cinco balas, no pongas tu dedo en el gatillo o por los nervios podrías jalarlo accidentalmente y desperdiciar balas o dispararte tu mismo. Allá está San Alfonso, la avenida principal siempre está llena de gente, por el otro lado los carros que te buscan. Guarda la pistola, ya es hora de que cambies de playera, sí, lanza la que traes encima en ese baldío. Desabrocha la gorra de tu cinturón y póntela, detén ese taxi. Tira tu cartera en el piso del vehículo, de esa manera irás agachado y el taxista no sospechará mucho que te estás escondiendo. Ya es suficiente, llevas cinco minutos buscando tu cartera y el taxista se va a parar para ayudarte a buscarla. Dile que ya la encontraste. Ya casi están en Cabañas 13. Ya, lo lograste. Nadie de otro barrio se atrevería a meterse a Cabañas 13 a esa hora.

Por fin Loncho. Te llevó por las calles y llegaste a la entrada de la vecindad.

Bienvenido, el Barrio 14 te esperó todos estos años.

Capítulo 32

miércoles, 9 de julio de 2008

De regreso

---------------------------

La enterramos un jueves, en la misma cripta que a mis padres. Por fin ahí descansaban los tres. Sólo faltaba yo para completar una bonita familia. Pero no pensaba acompañarlos pronto. Que Dios se apiade de sus almas… que el Barrio 14, se apiade de la mía.

Ya no lloré en el funeral porque me había secado. Además por una parte sentía un alivio extraño. Mamá Juanita ya no sufría más, por fin pudo descansar del cáncer… de mí. Se partió la espalda por cuidarme, sus manos se llenaron de callos para que yo tuviera que comer y que vestir. Era justo que tuviera un descanso… yo no podía ser tan egoísta.

Sin embargo la tristeza me invadió, la marihuana, el crack, la coca, el valium fueron mis mejores amigos durante unas semanas que no pude ni contarlas. Si no morí de sobredosis fue un milagro. Luego un día, mientras preparaba el churro del día tocaron fuerte a mi puerta.

- ¡No estoy carajo!
- ¡Lover!… ¡Lover! Wey… te hablan.
- ¡A la chingada! No estoy para nadie
- El Adrián te manda hablar, dice que ya vayas de volada.
- Dile que estoy hasta el culo…
- Dijo que le valía madre que estuvieras hasta el culo, dijo que si era necesario que te lleváramos a huevo Lover… pero mejor ve tú sólo loco, no queremos pedos en el barrio.
- Sáquenme si pueden cabrones, no voy a ningún lado.
- Ya te dije Lover, no queremos bronca contigo… pero el Adrián le urge verte.
- Ya pues, ya pues… ahorita le caigo al 1
- Sale pues, no te tardes loco… que si no va a venir él mismo.

Me puse una playera sucia y me fui para el 1.

-¡Lover!¡Qué milagro cabrón! Yo pensé que ya te habías quedado en el avión… y eso no es bueno chico, no es bueno.
- Qué pasa Adrián… que me buscabas urgentemente me dijeron los chavos.
- Estos cabrones que mandé no tienen tacto… pero vas a ver, les voy a rebajar la propina… clarito les dije que no importunaran al Lover si estaba ocupado… ya ves como son estos nuevos. Pero sí Lover, te mandé a hablar porque necesito hablar contigo.
- Ps aquí me tienes Adrián, tú dirás.
- Antes que nada déjame te digo que siento mucho lo de mamá Juanita, no te había podido ver más que en el funeral … y ya sabes, ahí no puede uno apoyar bien, hay mucha gente.
- Se te agradece Adrián… de corazón.
- No no no mi Lover, no hay que agradecer, para eso estamos. Y bueno, pues el bisne va más o menos por dónde mismo. Como te decía, yo se que te sientes mal por la gran pérdida, y se te entiende, se te estima… nomás que…

Me volteó a ver de manera pícara y sin dejar disimular esa leve sonrisa.

- Nomás que… pues ya es tiempo de trabajar mi Lover. Ya pasaste tu duelo y el bisne sigue.
- Yo lo sé Adrián, pero ya ves, no quería salir trabajar así… uno puede cometer muchos errores…
- Sí si si, como te digo, te comprendo te comprendo. Pero el bisne no para y además pues… ando corto de feria Lover, tú sabes que los tratamientos de mamá Juanita salían caros. Lamentablemente pues no se pudo lograr… una tragedia.
- No te preocupes Adrián, yo te dije que te iba a pagar hasta el último peso y lo voy a hacer.
- Yo confío en ti Lover, yo sé que eres de confianza y me pagarás hasta el último peso… pero con tu jale actual vas a tardar mucho en liquidarme y como te digo… estoy urgido de una feria porque se viene un bisne bueno. Escorpión a mitad de precio. Se la tumbaron a unos narcos en una balacera donde murieron 3. A este contacto le urge sacarla a vender para no meterse en pedos y la esta dando a mitad de precio.
- No hay bronca Adrián, a ver como le hago pero dame unos meses, puedo hacer más entregas, algunas piezas de carros, un par de motos. Pero de que sale sale.
- Si te entiendo… pero te repito… necesito el dinero como de rayo, no en unos meses. Además por ahí supe que andan vendiendo mi coca rebajada con diazepan… y tú sabes Lover… con ese tipo de ratas uno no puede competir.

¡En la madre! Adrián se había enterado de que yo estaba rebajando la coca con diazepan. Obviamente con “ese tipo de ratas” se estaba refiriendo a mi. Adrián no me iba a dejar ir tan fácil ni tampoco lo iba a pasar por alto. Yo me hice como que no sabía y que incluso estaba de acuerdo con él.

- Si, te entiendo, esta cabrón así… pero ¿qué sugieres entonces?.
- Me gusta tu disposición Lover. Pues mira el bisne está así: en Jarpis hay un cabrón que acaba de llegar del gabacho, ya sabes, del norte. Anda moviendo mucho las aguas por Jarpis y Jardines. Están vendiendo perico en el territorio del Barrio 14 y están rayando las paredes con esas porquerías de graffiti. Paredes obviamente que están dentro del 14. Con ese tipo de gente no se puede razonar. Se creen muy cabrones porque vienen de los Estados Unidos y creen que pueden venir a hacer sus pendejadas acá. Hay que pararlo en seco.
- Claro, estoy de acuerdo. Ahorita mismo me junto a un par de camaradas. Tubos, botellas y nuestros puños. Te prometo que estará una semana en el hospital. Después de eso no va a querer ni pararse.
- No Lover, creo que no entiendes “el problema”. Esa gente no “razona”, ni con los puños ni con los tubos. Son mala hierba que mientras quede la raíz vuelve a salir. Hay que borrarlo del mapa. ¿Tienes cuete en tu cantón o quieres que te de uno?

Yo no le entraba a esa parte del bisne, y Adrián lo sabía. Era un hijo de puta. Yo no sabía ni que hacer. Y por si fuera poco me iba a meter a Jardines que poco a poco estaba creciendo y ganando poder. Adrián era un cabrón, si yo lograba mi objetivo él ganaría mucho prestigio, pero si al que mataban era a mi, el también ganaba, podría ponerme de ejemplo como traidor por rebajar su coca y no pagarle su dinero, y mi cadáver no le costaría un solo centavo.

- Aguanta Adrián, ya sabes que yo no le entro a esa parte del bisne.
- Yo lo sé Lover, pero debes de entender mi necesidad. Podría pagarle al Juan para que haga el jale, pero si le pago al Juan ya no tendré para el bisne de la escorpión. Y pues… yo pensé que porque te había ayudado en tus problemas tu podrías ayudarme en los míos… no quiero parecer grosero o un hijo de la chingada… pero ahora si que lo de doña Juanita no quedó por nuestra parte… hicimos todo lo posible y… bueno… ya conocemos la tragedia… pero ahora… pues ahora necesitamos ese dinerito Lover, para apuntalar bien al Barrio 14. ¿O a caso me estas diciendo que no valió la pena ese dinero para doña Juanita?
- No Adrián pero…
- No me traiciones así Lover, ¿luego para qué están los amigos? Yo te ayudé cuando pude y ahora pues…y además acuérdate de los intereses..
- ¿Cuáles intereses? Nunca me dijiste que…
- No no no no, no te confundas Lover, tu sabes, ya subió el dólar y el dinero no vale lo mismo… que no hayamos hablado de los intereses no significa que no lo estaba considerando, tu sabes que así es el bisne, no es nada personal.
- ¿Al 13%?
- Jajajaja ahora sí me hiciste reir, ¿al 13%? Pues ni que estuviéramos vendiendo cocos mi Lover, tu sabes que en este bisne es del 30%... mínimo.
- Pero Adrián asi nunca…
- Por eso te ofrezco un negocio donde vas a poder pagarme más rápido. Además… no se de qué te quejas Lover, por ahí me han dicho que eres bueno con el cuete, eso sí, que nomás lo usas para romper botellas o ventanas… pero que eres bueno con el cuete.

Luego se me acercó y comenzó a rondarme como un felino alrededor de su presa. Se me quedó muy cerca y siguió con su monólogo.

- Dicen que la pistola es una extensión de tu brazo, dicen que el gatillo es tu sexto dedo de la mano y que el cañón es tu tercer ojo. ¿Por qué te afrentas de tu destino Lover? Tú no naciste para ser un raterillo de mediopelo, ni tampoco naciste para ser repartidor. Tú naciste para algo grande… para estar sentado junto a mí. Tú y Pitus deben estar sentados a cada lado de mi silla. Los tres podremos ser los dueños del 14, de Jardines, de Cabañas 13, de San Miguel… de la Maldita. La nuestra será una tierra que dará vino y hierba. El Barrio 14 te reclama como un hijo, pero tu te alejas… ya es hora de que regreses Lover, tú eres el hijo pródigo.

Que el Barrio 14 se apiade de nuestras almas.

AUSENTE

viernes, 6 de junio de 2008

Por motivos personales no podré escribir en un par de meses. Pero regresaré pronto.

Gracias a quienes me leen.